La aprobación en el Parlament el jueves pasado de una resolución en contra de las "incursiones de Turquía" a los territorios del nordeste de Siria, donde los kurdos han establecido su Administración Autónoma (reconocida ahora hace dos años por la cámara catalana), ha levantado una dura protesta por carta de la cónsul general turca en Barcelona, Selen Evcit. La resolución se aprobó en el marco de la comisión de Acción Exterior, Unión Europea y Cooperación con los votos favorables de ERC, Junts, la CUP y comunes, dónde fueron invitados a hablar dos representantes de organizaciones kurdas: Mazloum Abdi, representando de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), y Ruksen Mihamed, portavoz de las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ).

En una carta enviada al presidente de la comisión de la cámara catalana, Francesc de Dalmases, en la cual ha tenido acceso ElNacional.cat, la cónsul general de Turquía en Barcelona censura la presencia de estas personas en el Parlament todo señalando que "están vinculados a la organización terrorista PKK/YPG", en referencia al Partido de los Trabajadores de Kurdistán, organización considerada terrorista por Turquía, los EE.UU. y, desde el 2004, por la UE.

 

 

 

Las acciones del Parlamento a favor de los grupos kurdos ponen en alerta la diplomacia turca presente en Catalunya. La última intervención de representados kurdos en la cámara catalana, invitados por grupos parlamentarios catalanes, ha multiplicado este malestar que se pone todavía más de manifiesto en la misiva enviada este viernes, donde se advierte que las "acciones" a favor de los independentistas del Kurdistán "perjudican nuestras ya buenas relaciones económicas y culturales". Este aviso de Turquía, sin embargo, ofrece al Parlamento una oportunidad para corregir la situación: "Creemos que tendríamos que enfocarnos más en la cooperación y en el diálogo en lugar de promover actividades que difunden prejuicios e informaciones parciales".

¿Qué dice la resolución aprobada por la comisión parlamentaria?

La resolución aprobada en el Parlamento no solo condena las "incursiones de Turquía" al nordeste de Siria, sino también las "graves violaciones de derechos humanos perpetradas en las zonas ocupadas por Turquía en este territorio". El texto lamenta que los "ocupaciones" han provocado el desplazamiento de 500.000 personas en otras regiones, la mayoría de los cuales viven en "campos de desplazados". Asimismo, también se denuncian sabotajes de milicias proturcas a una estación de suministro de agua, que lo ha dejado sin funcionar.

El texto, presentado por ERC, Junts, CUP y comunes, insta la comunidad internacional en que esta estación sea gestionada por un ente independiente e internacional y también reclama al Gobierno que siga desarrollando proyectos de cooperación al desarrollo "en las regiones del Kurdistán". Además, se propone al Gobierno hacer una misión exploratoria sobre el terreno para detectar nuevas cooperaciones, y plantea impulsar un viaje institucional del Parlamento "acompañados de actores de la sociedad civil y ONGs".

Turquía se defiende de las acusaciones

Ante las acusaciones contra Turquía que los grupos kurdos y la resolución del Parlamento han recogido, la representante diplomática turca en Barcelona responde que su país tiene derecho a "la autodefensa" y que las operaciones en la región del nordeste de Siria buscan la protección de los intereses de Turquía de acuerdo con el derecho internacional. Los civiles y las infraestructuras no están entre nuestros objetivos y nunca ha estado. Turquía presta la debida atención a la protección del patrimonio histórico y cultural, así como al medio ambiente". Turquía defiende que sus objetivos son "aquellos directamente vinculados al funcionamiento y la financiación de las organizaciones terroristas".

En su misiva, la representante diplomática asegura que su país seguirá lanzando ataques aéreos contra el PKK hasta su eliminación. Precisamente, en su intervención en el Parlamento de Catalunya, los representantes kurdos advirtieron que temían un incremento de los ataques por parte de Turquía aprovechando el conflicto entre Israel y Hamás.