El batacazo monumental de Ciudadanos no solo se ha cobrado la cabeza política de su líder, Albert Rivera, que ayer decidió dejar la política, sino que pone en grave peligro la continuidad de la formación, que ha visto cómo estas elecciones le supondrán una vía de agua en los ingresos que ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de ejecutar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para contener el gasto.

De hecho, Rivera se va, pero deja al partido empantanado en problemas económicos porque tras la pérdida de 47 escaños de una tacada, de golpe la infraestructura del partido ha quedado notablemente sobredimensionada, y probablemente sin dinero para pagarla.

Según avanzan hoy varios medios de comunicación, el vuelco en las urnas conlleva una sangría del 67% de los ingresos en subvenciones por escaño, pasando de cobrar 4,5 millones de euros a 1,5. También quedarán recortadas las cuotas que pagan los cargos electos. A ello hay que añadir la posibilidad de que en las próximas semanas haya una notable deserción de militantes, lo que empequeñecerá todavía más los ingresos, otra circunstancia que obliga a la formación ahora decapitada a apretarse el cinturón.

Tiempo de recortes

Los recortes en los ingresos llevarán, inevitablemente, a recortes en los gastos, entre los que figuran como principales probables afectados los empleados del partido en primer lugar y también las sedes en segundo.

Dicho en números, Ciudadanos contaba en sus presupuestos para 2019 con unos ingresos totales de 17,1 millones de euros, de los que 3 millones correspondientes a cuotas y otro millón de aportaciones de cargos electos. Pero las dos partidas más importantes de ingresos corresponden a 7 millones a través de las subvenciones a los partidos –dinero ingresado en función de los resultados electorales- y más de 6,5 en aportaciones de grupos institucionales.

El problema principal con el que se enfrenta ahora el partido es que la subvención por los escaños obtenidos el domingo ha caído de 4,5 millones de euros a 1,5, cuando los gastos de personal suponen de entrada unos 5,5 millones.

Pillarse los dedos

Otro capítulo de la desastrosa situación en la que se encuentra Ciudadanos es la posibilidad que se hayan pillado los dedos con los anticipos de subvenciones pedidas para afrontar la campaña electoral y los eventuales créditos bancarios bajo el mismo concepto. Ahora, cuando los ingresos son sensiblemente menores, el partido puede verse en la obligación de devolver parte del anticipo e incluso tener dificultades para pagar créditos.

A la espera de que se resuelva la sucesión al frente del partido, los problemas económicos parecen más acuciantes que los políticos. Un ERE a los trabajadores podría ser una posibilidad. Y Albert Rivera se ahorra gestionarlo.