La diputada de la CUP Anna Gabriel asegura en una entrevista a la ACN, que si el Govern y el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, insiste en vincular la cuestión de confianza a los presupuestos de 2017, el sentido del voto de los anticapitalistas se podría complicar.

En este sentido, Gabriel ha avisado a Puigdemont de que acabarán dejando, una vez más, en manos de "las bases" de la CUP la decisión sobre qué harán sus diputados el día 28 de septiembre si los términos de la cuestión de confianza van más allá de la hoja de ruta y el RUI. Gabriel, además, asegura que el president no se ha reunido con ellos para hablar, como se comprometieron a hacer las dos partes. Es por eso que la diputada pide "no "dilatar" en el tiempo hablar del tema porque lo considera "innecesario".

El voto de la CUP a la cuestión de confianza de Puigdemont podría quedar pendiente de lo que digan las asambleas de la formación. Así lo ha comentado Gabriel, que ha asegurado que si el president incluye, como ha explicado que quiere hacer, los presupuestos en el acuerdo de la cuestión de confianza, la decisión estará en manos de la militancia.

"Si la cuestión de confianza coincide con el planteamiento que hemos hecho nosotros, el sí ya está; si el presidente pone fecha y materializa el compromiso de la celebración del referéndum que el país necesita, la cuestión de confianza ya tiene el sí. Porque así se ha corroborado en el conjunto de asambleas territoriales", ha explicado, avisando que "todo lo que se marche del planteamiento del compromiso al derecho a la autodeterminación y se incluyan otros elementos de vida parlamentaria o intereses concretos del Govern, se tendrá que consultar en las bases". "No estamos en un escenario que nos haga cambiar el método de toma de decisiones", ha sentenciado.

Someterlo a consideración

Sin concretar si sería con la convocatoria de una asamblea general, de diversas territoriales o con otros organismos de participación, Gabriel ha querido remarcar que "está claro que si se pretende utilizar la cuestión de confianza para dar un aval a un Govern, no que oiga a las bases para la celebración de un referéndum, sino a un Govern que quiera hacer que la CUP avale unas políticas que hemos venido a combatir, evidentemente se tendrá que someter a consideración". "Esperamos no llegar a este escenario, porque querría decir que pasan por delante los intereses de partido a los del conjunto del país, que se expresa en términos de necesidad de democracia," ha añadido.

Para la diputada de la CUP, la reunión que se había anunciado que harían los anticapitalistas con el president de la Generalitat ya se tendría que haber celebrado, antes de las vacaciones de agosto. De hecho, Gabriel cree que es "obvio" que el planteamiento que haga Puigdemont determinará "si se encara el final de la legislatura o si hay voluntad de alimentar el procesismo y dilatar unos tiempos, que no estaría justificado".

Es por eso que no entiende por qué el president haya aplazado hasta finales de agosto o principios de septiembre el inicio de estas conversaciones. "Nosotros habríamos querido una primera toma de contacto por conocer en qué términos se mueve el presidente. Lo normal sería que empezáramos a hablar. Si el president ha decidido que es oportuno reeditar la confianza en una mayoría, la propuesta debe ser de país y que dé respuesta al reto que tenemos. Si eso lo hubiéramos compartido ahora y nos marchamos de vacaciones entendiendo que haremos una cuestión de confianza con una convocatoria de referéndum, el país sabría que la CUP dará apoyo al president. Es innecesario dilatar el tiempo, como es innecesario seguir con el procesismo. Es el momento de acabarlo, ser claro y confundir poco a la gente, y dejar de hacer política de partido y mirar lo que espera la mayoría del país, el referéndum," ha concluido.