Los agentes económicos e internacionales podrían haber comenzado a ejercer presión, de forma indirecta, para evitar el advenimiento de nuevas elecciones en España. Abría la jornada el Banco de España, augurando que la economía del Estado se expandiría, con crecimientos del 2,7% en 2016 y del 2,3% para el 2017. Ahora bien, a pesar de que el director general de Economía y Estadística de la institución, Pablo Hernández de Cos, explicaba que "la incertidumbre política" es técnicamente complicada de medir, reconocía la posibilidad de que la falta de gobierno pudiera frenar estas proyecciones. Eso, si bien hasta ahora la situación de interinidad del gobierno español no había afectado al BE.

Según Cos, las decisiones de gasto de familias y empresas podrían verse reducidas, con la incertidumbre, influyendo sobre el crecimiento. Así, la solució pasaría por la generación de un gobierno antes de junio, ya que si hubiera nuevas elecciones, el próximo ejecutivo podría ser conformado para el otoño, octubre o noviembre. El hecho dejaría enjaque la capacidad del Estado para hacer política fiscal. Pero por las palabras del presidente la institución, el Banco de España no sólo reclama un nuevo ejecutivo, para favorecer la economía. Asimismo, sería partidario de uno que "priorizara" el déficit público, en tanto que la variable "es esencial para mantener la confianza" de los agentes, decía Cos.

Por tanto, la injerencia de las finanzas en la investidura pasa por impulsar la aplicación de reformas estructurales, con que mantener el crecimiento, y reducir las vulnerabilidades financieras. El mensaje, velado, podría ir dirigido a todos los partidos, también a PSOE y Ciudadanos. Tal y como adelantó El Nacional, estos deberán repensar su pacto, tras conocer las previsiones de déficit público del 4,4% del PIB en 2016, que caerá hasta el 3,4% en 2017. Tales porcentajes superan los objetivos comprometidos con Bruselas en el 2,8% del PIB para este año y en el 1,4% para el siguiente.

Obama anula el viaje

Al gesto del Banco de España de advertir sobre la relación entre economía e incertidumbre política, se sumaba el del presidente de EEUU, Barack Obama. Obama, repentinamente, ha decidido la tarde del viernes postergar su viaje a España, previsto para el mes de julio. Lo anunciaba el ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo. "Habíamos tenido contactos diciendo que el presidente Obama le encantaría viajar a España. Pero entiendo perfectamente que, sin un gobierno con capacidad plena, probablemente no sería lo más indicado", aseguraba en ministro en funciones.

Pero si con el gesto de Obama no hubiera quedado claro el mensaje, García-Margallo añadía: "En concreto, lo que me dijo Obama es que a ver si formamos gobierno porque está deseando venir a España". Incluso, el presidente de EEUU habría asegurado su "comodidad" con los cuatro últimos años de Mariano Rajoy, al tiempo que el ministro en relataba los acuerdos con que Obama estaría satisfecho. Nadie de la Casa Blanca ha podido confirmar la conversación, pero el hecho, es que Obama tiene previsto viajar a Europa el próximo julio para asistir a la cumbre de la OTAN que se celebrará en Polonia, aunque no a España.

Así las cosas, del presidente estadounidense sólo se conoce la explicación de Margallo, por nadie contrastada; y de la economía española, tras más de 100 días sin ejecutivo, sólo se conoce que, de momento, la inestabilidad política "no ha afectado" a las previsiones económicas, pero "lo podría hacer", según Cos. Será que al mundo le apremia formar un nuevo ejecutivo, y si puede ser, que ponga el déficit por encima de cualquier otro elemento. Curiosamente, como indica Soraya Sáenz de Santamaría, ha hecho "con gran esfuerzo" el Partido Popular (PP).