Todas las miradas de la prensa internacional están puestas en Barcelona y no en Madrid, en el Parlament y no en el Senado, en Carles Puigdemont y no en Mariano Rajoy. El vaivén del campo independentista este jueves se califica con palabras como "caótico", "vacilante", "tambaleante" o "confusión". Todos señalan, sin embargo, que Puigdemont estaba dispuesto a convocar elecciones y no lo ha hecho por falta de garantías del gobierno español de que cancelaría la intervención de las instituciones catalanas vía artículo 155 de la Constitución.

En general, excepto las agencias, más abonadas a contar hechos fríos, el tono de los diarios es menos empático respecto al independentismo, como si se hubiera desvanecido la admiración por las movilizaciones masivas y pacíficas, el horror con que describieron la represión del referéndum del 1-O o la prisión de los Jordis y les pesara más el traslado de sedes sociales de empresas o la legalidad de la suspensión de facto de la autonomía catalana.

Dificultades

Más allá de los hechos, The New York Times mantiene su relato de siempre, que contrapone las dificultades de Puigdemont y Rajoy. "Las presiones sobre ambos son ya formidables", dice para situar los acontecimientos del día. "Puigdemont se arriesga a pasar décadas en prisión por rebelión si avanza su plan secesionista", mientras que "en Madrid, Rajoy ha sido sometido a una presión fuerte del ala dura de su partido conservador para que no ceda en el esfuerzo por reprimir la rebelión catalana".

El referente de los mercados financieros norteamericanos, The Wall Street Journal, añade una crónica económica donde destaca como los valores españoles han mejorado el Ibex, especialmente las acciones de CaixaBank y de Banc Sabadell, y cae la prima de riesgo. El Journal ha hecho un caso relativo a los acontecimientos en Barcelona y Madrid y no los ha puesto en portada, sin destacar, hasta la noche.

Su rival de la City de Londres, el Financial Times, no lo ha destacado en portada. En su crónica explica el fiasco de la propuesta de Puigdemont, y dice que la declaración de independencia "sería otra escalada de la que ya es una de las peores crisis políticas [en España] desde el retorno de la democracia". Lo explica destacando las "presiones extremas" sobre Puigdemont "del independentismo duro" y describe el campo secesionista en estado de fragilidad.

Contrarios

Le Monde ha hecho esta semana una cobertura muy contraria al campo indepe, siguiendo la línea del editorial del pasado lunes (a su vez opuesto a otro de hace mes y medio). La información se basa en el despacho de la agencia France Presse, donde observa que Puigdemont ha trasladado al Parlamento la responsabilidad de tomar la decisión de responder a la suspensión de la autonomía. Ha estado abriendo la portada de la web todo el día.

El diario francés añade tres reportajes con estos títulos: "Los catalanes se dividen sobre los riesgos de la secesión", En Catalunya, las familias se rompen: 'Ya no quiero hablar de eso en casa'" y "En Catalunya, las escuelas descuidan la enseñanza del castellano". En los tres se trata un caso excéntrico al que se da valor universal. En el que habla del castellano, por ejemplo, presenta a una madre que rechaza la inmersión. Es una activista vinculada a Sociedad Civil Catalana. El reportaje ni menciona que son 40 las familias como la de la protagonista, sino que lo generaliza a todo el país. Y así todo.

El principal diario romano, La Repubblica, tenía el asunto en portada todo el día, nunca destacado, y publica una crónica que hace menos aspavientos sobre las convocatorias y desconvocatorias de las comparecencias. Están más acostumbrados. Se fija, sin embargo, en la volatilidad de las emociones en el campo indepe.

The Guardian no lo ha puesto en portada. En el interior de la web mantenía la entrevista al vicepresidente Junqueras hecha el miércoles.

Ineficaz

Los dos diarios de referencia alemanes han seguido caminos muy diferentes. El más liberal, Sueddeutsche Zeitung, de Munich, sigue la información de La Vanguardia pero con menos entusiasmo por la posibilidad que el PSOE pueda empujar al PP a cancelar el trámite del 155 si Puigdemont convoca elecciones.

El más conservador, Frankfuerter Allgemeine Zeitung, publica una crónica ("Caos en Barcelona") donde concluye que "los catalanes que quieren la independencia (quizás hace años se habrían conformado con más autonomía) se considerarán víctima de la fría legalidad española y no verá legitimidad en el Estado. Si tantos ciudadanos niegan cualquier legitimidad al Estado, insistir en aplicar la constitución no es políticamente eficaz".

La web de la BBC publica una información de hechos bastante fría, donde sólo destaca un tuit de su editora para Europa, Katya Adler: [Puigdemont] "acaba de hablar y ha dicho... nada nuevo: no convoca elecciones, no declara la independencia, critica las medidas del gobierno español". Adler ha seguido la jornada activamente desde su cuenta de Twitter.

La web de la CNN titula "[Puigdemont] se tambalea en su apuesta por la independencia" y lo atribuye a las dificultades para poner de acuerdo al campo independentista. La información, que ha abierto todo el día la edición europea, no se ha actualizado desde la mañana y llevaba un vídeo de la represión del 1-O.

Las agencias

La agencia norteamericana Associated Press, siempre la más detallada, es la única que recuerda dos puntos que otros no dicen. Uno, que Puigdemont ha insistido en su comparecencia que "la paz y el civismo tienen que prevalecer. Sólo de esta manera seremos capaces de ganar". Dos, que el gobierno español se ha desdicho de su promesa que anularía el 155 si se convocan elecciones. También explica con más detalle las grietas en la coalición indepe.

La británica Reuters avisa de que el 155 "podría conducir a la confrontación en la calle, pues algunos partidarios de la independencia han prometido montar una campaña de desobediencia civil" a la suspensión de la autonomía. Agence France Presse, por su parte, publica una crónica donde añade un largo resumen de las consecuencias económicas y políticas del conflicto por Catalunya.