Alberto Fernández Díaz, portavoz del Partido Popular de Barcelona, está de acuerdo con la propuesta de Ada Colau de incrementar la competencia en el ámbito de los servicios funerarios para bajar los precios. Ahora bien, ha apostado por hacerlo con "más competencia y menos administración".

En este momento hay tres empresas que ofrecen servicios funerarios, Áltima, Mémora e Interfunerarias (un pequeño operador). Ada Colau ha anunciado que el Ayuntamiento venderá su 15% de Serveis Funeraris (el resto de la participación es de Mémora) y que creará una nueva estructura municipal que permitirá reducir los precios de los entierros en un 30%. Colau está indignada porque, pese a los altos beneficios de las empresas que tienen los tanatorios, no han reducido sus tarifas, y Fernández Díaz ha coincidido con esta valoración, pero ha acusado al Consistorio de no haber regulado bien los beneficios de la concesión. La decisión de Colau ha despertado las quejas de las empresas concesionarias y de los sindicatos del sector, que alegan que se puede perder calidad de servicio y que se producirán despidos.

Contradicciones

Fernández Díaz ha hablado de la "hipocresía" del PSC y de Iniciativa, a los que ha acusado de solicitar ahora un servicio público cuando fueron ellos quiénes lo privatizaron (aunque en realidad ICV votó en contra de esta decisión). También Sònia Recasens, portavoz adjunta de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, ha ironizado sobre el hecho de que los mismos que privatizaron los servicios ahora apuesten por volver a crear un servicio público, y ha asegurado que su grupo municipal velará para que la calidad de los servicios se mantenga y no se reduzcan las plantillas de los servicios existentes.

Privatizar y desprivatizar

Los servicios funerarios en Barcelona fueron un servicio público hasta 1997, cuando se privatizó un 49% de la empresa. En octubre del 2009, el alcalde de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, aseguró que no se privatizaría la funeraria barcelonesa, aunque reconocía que se había estudiado la operación. Pero en julio del 2010 el pleno del Ayuntamiento dio luz verde a la venta de un 36% más de los Serveis Funeraris de Barcelona, con el voto a favor de todos los grupos a excepción de Iniciativa (que votó en contra) y del Partido Popular (que se abstuvo). De esta forma, el Ayuntamiento sólo se quedó con el control de un 15% de los servicios funerarios.