El Partido Popular enciende la mecha del conflicto entre órganos constitucionales por la amnistía. Los populares han propiciado un choque de trenes entre el Senado y el Congreso a raíz de la tramitación parlamentaria de la ley y, con 148 votos a favor (los suyos), 112 votos en contra y una abstención (de UPN), hacen que el Senado solicite formalmente al Congreso que retire la iniciativa o anule su admisión a trámite. Para el PP es una “obligación ética, moral y plenamente democrática” ante un PSOE que quiere que la Cámara Alta permanezca “muda y sumisa”. Este paso es el requerimiento previo antes de acudir al Tribunal Constitucional, aunque ahora el PP no las tiene todas de acudir al Alto Tribunal. Pase lo que pase, la tramitación parlamentaria no se parará. En el escrito que se ha aprobado, los populares se aferran a un informe de los letrados de la Cámara Alta y sostienen que la amnistía es una “reforma constitucional encubierta” y se ha tramitado de forma “fraudulenta”. Según el dictamen jurídico, el hecho de haber elaborado una ley orgánica supone una “invasión del poder constituyente radicado” al Senado, ya que el procedimiento de reforma constitucional es “sustancialmente diferente del procedimiento legislativo”, especialmente por el “peso del Senado en la formación de voluntad de las Cortes Generales”. Para el PP, la intención del PSOE era “rebajar las mayorías necesarias para su aprobación”.

📝 El PP impulsa un choque institucional entre el Senado y el Congreso por la amnistía

 

El encargado de defender este choque por parte del PP ha sido Antonio Silván, que ha esgrimido que una ley orgánica no puede “alterar, integrar o interpretar abstractamente” la Constitución y ha apuntado que la amnistía “no pertenece al poder legislativo, sino al poder constituyente”. “Si la Constitución no establece esta potestad, no existe: el silencio de la Constitución no puede servir para amparar una excepcionalidad como la amnistía”, ha señalado, y ha insistido en múltiples ocasiones que haría falta una reforma de la Carta Magna. Silván ha argüido que el Senado está tramitando la amnistía a “la fuerza” y “por imposición” y ha defendido que, a pesar de esto, la Cámara Alta “no se tiene que allanar cuando sus competencias se ven perjudicadas”.

Y ha dejado claro cuál ha sido el detonante que les ha llevado a esta maniobra: el Congreso “se ha extralimitado en sus competencias”, “ha invadido las atribuciones que la Constitución confiere al Senado como poder constituyente” y “ha impedido que el Senado pudiera tener la participación en pie de igualdad”. “Andan con malas compañías y se les está enganchando: están empeñados que las Cortes Generales funcionen como el parlamento catalán del 2017, no humillen más el Estado”, ha concluido.

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De esta forma, el PP ha recogido el guante que le ofrecieron los letrados del Senado en el informe que elaboraron ad hoc sobre la ley de amnistía. Un dictamen que no es ni preceptivo ni vinculante. El documento constituía un auténtico manual de instrucciones y una detallada hoja de ruta sobre la forma de plantear un conflicto entre órganos constitucionales. Después de la votación de hoy, el Congreso tiene ahora un mes para contestar la petición del Senado. Fuentes próximas a la Mesa de la Cámara Baja apuntan que, aunque al principio se decantaban por el silencio, no tienen ningún problema en responder para defender la actuación del Congreso y reiterar que todos los procedimientos han sido correctos. Posteriormente, el Senado podría presentar un recurso al Tribunal Constitucional que no tendría efectos suspensivos. Sin embargo, ahora mismo el PP no aclara si llegará hasta el final.

ERC avisa de que el PP les quedará “un Senado y unas instituciones a la altura del betún”

Desde el independentismo, tanto ERC como Junts han plantado batalla contra el enésimo ataque contra la amnistía. La portavoz republicana en el Senado, Sara Bailac ha denunciado que los populares “quiere ser juez y parte suplantando el papel del Tribunal Constitucional” y “ha puesto en juego el Estado de derecho y la democracia”. Ha advertido a los populares que, después de la “instrumentalización” y del “uso partidista” de la cámara, les quedará “un Senado y unas instituciones a la altura del betún” y les ha recriminado que estén “dispuestos a pasar todas las líneas rojas para acabar con el independentismo retorciendo el marco jurídico en detrimento del diálogo y el consenso parlamentario”. “Asuman que en un poco más de un mes la ley de amnistía entrará en vigor, dejen de encerrar las instituciones y no nos hagan perder más el tiempo con sus ocurrencias”, ha concluido.

 

Además, en un escrito registrado ayer en la Mesa del Senado, ERC tildaba la maniobra de “filibusterismo parlamentario” encubierto en una “aparente preocupación por la legalidad constitucional” y criticaba que este conflicto es una “falta de respeto por las normas y procedimientos establecidos” que se sitúa en “las antípodas de los principios de lealtad institucional y colaboración entre los órganos constitucionales”. Los republicanos denunciaban que esta “táctica obstruccionista” pretende “imponer un veto político”, “socava la confianza en las instituciones democráticas”, revela una “predisposición a la confrontación política”, es “contraproducente para el funcionamiento eficaz del sistema legislativo” y plantea “serios interrogantes sobre la salud de la democracia”.

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Junts pide al PP que “deje en paz el trámite parlamentario”

Desde Junts, Teresa Pallarès ha acusado al PP de querer “confundir conceptos jurídicos, politizar la justicia y alejarse de los estándares europeos” y ha recordado que los letrados del Senado dijeron que la Mesa no puede oponerse a la tramitación de la amnistía “ni romper la continuidad del procedimiento legislativo” porque está “reconocido por la misma constitución a la que se remiten constantemente”. “Cuando esta tramitación llegue al final y se publique, recurran al Tribunal Constitucional, pero dejen en paz el trámite parlamentario para que todas las fuerzas hagamos el trabajo político”, ha concluido.

 

El PSOE acusa al PP de dar un golpe de Estado: “Es casi un quieto todo el mundo

En nombre del PSOE, Francisco Manuel Fajardo también ha sido muy crítico con la treta del PP. Ha exclamado que no hay un conflicto de atribuciones, sino una “empanada mental” de los dirigentes del PP que hacen que los senadores actúen con “las vísceras y no con la razón” y ha hecho un ruego a los populares: “No arrastren el Senado al mayor ridículo de su historia, recapaciten y retiren esta iniciativa sin sentido porque, lo digo con el corazón, esta cámara no se lo merece”.

 

El socialista ha calificado la iniciativa de ser un “auténtico disparate” y casi un “quieto todo el mundo” (en alusión al 23-F), ha argüido que responde al “conflicto” que tiene el PP con Vox por “la guerra del relato” y ha recordado que los letrados indicaron que el Senado tenía que legislar por “imperativo constitucional”. “¿Estamos llevando a cabo nuestra competencia legislativa, donde hay esta invasión de las atribuciones del Senado? No hay ninguna”, ha remachado.