Con la edición de este miércoles, El Periódico ha conseguido no publicar nada en una semana sobre las confiscaciones, perdón, las fianzas por valor de 5,4 millones de euros impuestas por el Tribunal de Cuentas a 34 ex altos cargos de la Generalitat, a quienes acusa de malversar más de 9 millones de euros, que salen de sumar casi toda la actividad exterior de la Generalitat entre 2011 y 2017 y considerarlo un gasto "ajeno al interés público". Entre los represaliados figuran los presidents Mas (quieren confiscarle, ay, hacerle adelantar hasta 2,8 millones) y Puigdemont (1,9 millones), el exvicepresident Junqueras (ídem) y el exconseller Mas-Colell (2,8 millones). La lista entera está aquí e incluye a los exconsellers Romeva y Homs, al director del Diplocat, Albert Royo, o a la interventora general, Mireia Vidal. Dado que es una "fianza solidaria", para pagarla, los encausados deben pactar entre ellos la cantidad que cada uno adelantará hasta cubrir los 5,4 millones, respetando las máximas fijadas por el tribunal a cada cargo (por eso las fianzas personales suman más que la total). Todo este detalle no es para hacerte ver que es un castigo que quizás muchos cambiarían por la prisión porque ninguno dispone de ese dinero y, por tanto, les embargarán bienes por un valor equivalente: casa, planes de pensiones, ahorros... como en tiempos más bárbaros. No. Este detalle es para que te hagas idea de la hazaña que supone para un diario no decir nada de esta enormidad en las últimas ocho portadas (en realidad, las últimas dieciséis y más). Son los únicos entre los diarios de Barcelona y Madrid. Se ve que se lo han propuesto con mucha fuerza. Naturalmente, son muy dueños de hacer con su portada lo que les apetezca —justamente eso explica el tipo de diario que es cada diario.

Por suerte, el resto de diarios habla del asunto, aunque el Tribunal de Cuentas ha utilizado la misma técnica que el Tribunal Supremo con los hechos relevantes de la causa del 1-O: adelantar la decisión genérica a un diario (normalmente El País, que es el de referencia entre embajadas y corresponsales) para pinchar el globo de la expectación y reducir el interés de los otros medios. Además, el organismo filtrador orienta el relato —en este caso presentar a los encausados como delincuentes antes de que se examine su expediente— e influir en el resto de medios, que copiarán la primicia sin esperar a recibir los documentos del caso y hacer su trabajo. Cuando se hace pública la decisión, para los diarios ya es ropa vieja que ninguno quiere vestir.

Reunión Pere Aragonès y Pedro Sánchez

Ayuda a esconder las maquinaciones del Tribunal de Cuentas que ayer fue el día en que el president Pere Aragonés y el presidente Pedro Sánchez se encontraron por primera vez en la Moncloa. De esta reunión de dos horas largas han salido uno y otro con una foto juntos, una fecha para convocar la mesa de diálogo (la tercera semana de septiembre) y una nueva comprobación que las posiciones están muy alejadas. Aragonès habla de amnistía, autodeterminación y referéndum. Sánchez de no salir de la Constitución de 1978.

Todo eso se presenta de muy diversas maneras. Una recién licenciada en derecho ha tuiteado ácidamente que, a la vista de los resultados, la reunión podía haberse hecho por correo electrónico (alerta: quizás el Tribunal de Cuentas vea malversación en el gasto del viaje, porque Aragonès ha hablado de independencia). El País lo ve de otra manera. Dice a su público que Aragonès ha presentado el "programa máximo", como queriendo decir que ha pedido la Gran Albania pero no os preocupéis que es normal que arranque así; no sufráis: en realidad hace un poco de comedia. Parece que El País no ha estado muy pendiente del president cuando decía que ni ha pedido el máximo, que sería Independencia Ya.

La Vanguardia, en cambio, se esfuerza por iluminarlo con la luz más rosada y abre su portada con el "compromiso con el diálogo a pesar de la distancia". Ciertamente, es el título más kumbayá del día. O el más melodramático, si consideramos que la distancia es el olvido, como dice La Barca, un bolero de Roberto Cantoral, autor también de El reloj ("Reloj no marques las horas..."), canción mítica en la interpretación de Lucho Gatica. En fin. El diario quería un éxito y eso es lo que entrega a sus lectores, bien envuelto en una de sus palabras-fetiche: diálogo. El Periódico ve el encuentro con menos sentimiento y habla con cierta frialdad de "desbloqueo" peeeeeero "ausencia de avances" con la adversativa, como quien esperaba alguna cosa más de la reunión y comprueba, decepcionado, que hay más ruido que nueces. A ver. Tampoco es eso. Estas reuniones no son como el bolero, donde "Nomás nos queda esta noche / para vivir nuestro amor". No se trata de ningún amor y habrá muchas noches. Muchas.

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