Es 8 de marzo, Día de la Mujer y, para celebrarlo, los diarios pintamos de color púrpura, morado, lila, malva la cabecera o alguna pieza fija del diseño que destaque el compromiso de la marca con la conmemoración y que la manifestación exterior de esas variaciones formales, esa pirotecnia gráfica, confirme que se han producido cambios de fondo y una movida interior de sustancia de cara a las mujeres, etcétera. El jueves volveremos a los colores de siempre, con la esperanza de que los propósitos públicamente formulados con un colorín se convertirán en comportamientos, actitudes y políticas de cada día y no otra prueba que solo somos feministas por un día y todo es una comedia. De hecho, solo los diarios catalanes se presentan con vestidos coloridos. Aquí también se produce un hecho diferencial: los de Madrid no han modificado en nada su aspecto, mientras que los diarios que se editan en Barcelona les falta espacio en portada para imprimir el estallido variado y generoso de colores púrpura, morado, lila, malva.

El tema del día, en opinión de la mayoría de portadas de papel, es la riña institucional y política entre socios del gobierno español a propósito de la reforma de la llamada ley del "solo sí es sí", promovida por la ministra de Igualdad, la podemita Irene Montero. El PSOE sacó adelante la reforma con los votos del PP, Cs, PNV, PDeCAT y grupos provinciales. Es curioso que ningún diario titula por la reforma en sí —qué se ha cambiado, qué se ha eliminado, qué se mantiene—. Es un contraste peculiar. Podría ser cualquier otra ley discutida —cualquiera de las que ahora entrarán al Congreso español—: la ley trans, la del bienestar animal, la reforma de la "ley mordaza"… El Trío de la Bencina va a la suya: degrada al gobierno socialcomunista todo lo que puede, de la manera que sea, pese a quien pese.

El resto de diarios lo presenta como una división entre los partidos del Gobierno. No es una fractura, viene a decir El País,—sempre tan cuidadoso con la actual alineación de La Moncloa. Un "choque total", según La Razón. "Tensión máxima" dice El Mundo. Son nombres como de películas de Steven Seagal, aquel judoca tan forzudo como inexpresivo que salva el mundo de tantos peligros gracias a su capacidad destructiva de personas y cosas. ABC incluso titula por la acusación de la portavoz del PSOE a la ministra Montero: "impresentable". Ara hace una tertulianada como es no hablar de la cosa concreta sino de principios universales y titula "Feminismos enfrentados" bajo una foto de Irene Montero, sola, en el banco del gobierno del Congreso. La Vanguardia se mantiene fiel a su tema y primicia, la investigación de la operación Catalunya.

En fin. Algún contexto servía, por mucho que se haya hablado del caso. El balance de la ley del "solo sí es sí" es descorazonador. En aplicación de la ley, los tribunales han acordado 721 reducciones de pena a agresores sexuales y 74 excarcelaciones, según los datos del Consejo General del Poder Judicial recogidos hasta el día 1 de marzo. A los agresores excarcelados y las reducciones de condenas hace falta sumar a las víctimas nuevamente ultrajadas, las mujeres más inseguras, los jueces enfadados y una gran pelea política y mediática. Todo a la vista de un ciclo electoral largo que va de mayo a diciembre, de manera que la campaña ya ha empezado. Por eso se reforma la ley y al menos una parte de este entorno político merecía estar en los titulares este miércoles, que es el día que tocaba, por mucho que se hayan publicado páginas y páginas en días previos sobre esta cuestión.

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