Ara abre hoy portada con una pregunta —cosa muy mal vista entre los puristas de los titulares (no es el caso aquí)— que pone el dedo en la llaga. Es sorprendente y desesperante que aun no se disponga de datos fiables, coordinados y casi en tiempo real del número de PCR que se hacen y cuántas son positivas, y las cifras de ingresados, enfermos en la UCI y de muertes.

Sin datos es muy difícil gestionar o gobernar nada, muy especialmente una pandemia. Una empresa o un gobierno sin datos es un gran miope que ha perdido las gafas. El director de epidemias de la OMS decía esta semana que no había problema en abrir escuelas "si la transmisión comunitaria es baja y si la vigilancia epidemiológica y el rastreo de contactos son buenos". Son datos, cifras, números. No es frecuente que los diarios se ocupen de tocar las narices a los gestores públicos sobre los datos de la covid-19. El otro día lo hacía El Punto Hoy. y vuelve también este sábado. El resto, sin embargo, se encallan en las politiquerías de siempre. Lástima.

La politiquería de siempre

Aunque hay buenas noticias respecto a la vacuna contra la covid-19 (con ellas abren La Vanguardia y La Razón y las malbarata ABC), la prensa impresa de Madrid ya ha decidido trasladar de escenario la guerra contra el gobierno PSOE-Podemos, especialmente El Mundo y El País. Hasta ahora, las líneas del frente pasaban por el inicio del curso escolar en tiempo de la covid-19 y ahora toda la tropa mediática ya abre trincheras ante los presupuestos generales del Estado. Podemos mismo ha abierto este nuevo frente —era inevitable: es la fruta de temporada— al anunciar que terminan con el gobierno central si Pedro Sánchez pacta con Ciudadanos.

Parece lógico que los socios de la coalición de gobierno tengan la exclusiva, la preferencia cuando menos, en las negociaciones para los presupuestos, pero en España la lógica es un cóctel amargo y caliente. El País dice que Podemos quiere "excluir de los presupuestos" a Ciudadanos. ¿Excluir? El Mundo, que "rompe la estrategia de Sánchez". ¿Rompe? Son dos manifestaciones de antipatía sin argumento a Unidas Podemos —que proporcionan razones abundantes a la crítica— y de como a los poderes fácticos les cuesta tantísimo aceptar que los de Pablo Iglesias son parte del gobierno central.

Esta actitud visceral de los diarios no es más que un reflejo de la polarización surrealista que se vive en la política: incluso el mismo PSOE se había planteado la opción de mantener a Podemos en los ministerios a la vez que pactaba las cuentas con la oposición. Ya tenía gracia que algunos diarios se lo creyeran y resulta que no era sólo una fantasía impresa. En fin. Esperemos que de todos estos tejemanejes no se enteren a Bruselas, no sea que se arrpientan y dejen a España sin los 140.000 millones de la reconstrucción postcovid.

AHORA

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