Muy interesante el repentino interés de El País por los presos políticos en huelga de hambre. Es la segunda vez que aparecen en portada en veinte días. La primera fue un recorte en el fondo de la página el día en que se sumaron los consellers Rull y Turull. En el editorial cruel y retorcido que dedicaron al asunto ("Un sucedáneo"), la tildaban "de intolerable exigencia [a los] ciudadanos de Catalunya" para forzar la unidad de los independentistas. Los diarios hacen las portadas que quieren, claro está. Sus elecciones, sin embargo, manifiestan el criterio por el que alguna cosa les parece notable e importante. ¿El interés de hoy por la huelga de hambre es señal de un deseo sincero —muestra de humanidad— o enmascara el afán de sacudirse la irritación que les produce la denuncia de una injusticia que no aceptan?

EP

El resto de los diarios vuelve a su estado natural: Sánchez malo, Torra peor. El Mundo y La Razón se echan encima de Sánchez como los pastores de El dimoni escuat por débil y flojo de piernas con Torra. El presidente español ha transaccionado esta nueva humillación para España, etcétera, a cambio de "salvar las cuentas", según El Mundo. Con esta expresión ambigua hace pensar al lector que los independentistas le votarán los presupuestos. En realidad –lo explica a medias La Razón, más honrado–, los indepes han aceptado la tramitación y el techo de déficit, que es otra cosa. Se conoce que les ha dado pereza explicar esta cortesía parlamentaria —que podría ir a más, cierto. De momento, sin embargo, Sánchez no tiene presupuestos.

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Se ha acabado, pues, el tiempo muerto que los diarios habían concedido a Quim Torra y Pedro Sánchez mientras se decidían a darse el sí a la minicumbre de Barcelona. Todas las portadas vuelven a la normalidad. ¿Todas? No. Un diario resiste ahora y siempre al invasor: ABC, que ha desicado su póster al horrible asesinato de Laura Luelmo. ¿Por qué? Lo sabremos enseguida.

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El tabloide monárquico ha hecho esta elección para echar leña al fuego de una de sus campañas permanentes: la prisión permanente revisable, eufemismo que el PP se sacó de la chistera para restaurar la cadena perpetua sin aplastar la Constitución. La portada, si se lee todo el cuerpo de titulares, se orienta a que el lector concluya, claro, cuánta razón tenían al reimplantar la perpetua. Ese malhechor no habría salido de prisión y ahora no lamentaríamos su crimen. Construir la opinión pública en caliente, con la visceralidad por delante ("Salió de la cárcel y volvió a matar"), excitando las emociones y los instintos primarios, sin debate y con menos ideas que una jarrón vacío. Es la prensa responsable.

Queda para la imaginación cómo habrá sido el consejo de redacción que hizo la  dolorosa elección entre promocionar la cadena perpetua o castigar a Sánchez por encontrarse con Torra. Un consejo para verlo por el ojo de la cerradura.

Los diarios de Barcelona están entusiasmados con la cumbre, unos más —como Ara— y otros no tanto —el resto, que todavía ve nubes de tormenta en el horizonte en forma de desconfianzas y recelos entre ambos presidentes. Hoy lo acabaremos de saber todo.

AHORA

LV

HOY

EPC