A la vista del material de portada de los diarios de hoy, quizás es Ara quien más acierta. Puestos a no tener noticias, el avance en la detección precoz del cáncer es el titular que más gancho tiene. El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo y es responsable de unos 9,6 millones de muertes anuales, según datos de la Organización Mundial de la Salud de 2018. Una de cada seis muertes en el mundo lo es a causa del cáncer y el 70% se producen en países de renta baja y media. El coste económico anual mundial del cáncer se estimaba en unos 1,06 billones de euros en 2010. Cada día mueren en España unas 300 personas por cáncer —unas 110.000 al año—, lo que supone un coste de unos 19.300 millones de euros. El País es el otro diario que da relieve al asunto con un titular esperanzador: los resultados de la investigación abren la posibilidad de adelantarse a la enfermedad. Todos estamos de enhorabuena.

Otro asunto merece un tratamiento dispar en las portadas, y es la acusación formal de la Fiscalía Anticorrupción al expresidente del BBVA, Francisco González, a quien atribuye la contratación del excomisario Villarejo para que organizara una turbia red de espionaje. Sólo El País lo destaca con contundencia, mientras que los otros diarios ni lo dan, o bien lo esconden en piezas pequeñas y perdidas con un enfoque de caso menor.

El Mundo lo disfraza muy bien, porque no titula por la acusación de la fiscalía, sino con las declaraciones de los jefes de seguridad del banco contra González. Cualquiera que lo lea pensará que es natural que los acusados de gestionar la seguridad intenten salvarse lanzando porquería sobre el expresidente del banco. La Razón hace una cosa parecida, titulando con una declaración exculpatoria del mismo González. Uno y otro diario hacen un magnífico ejercicio de camuflaje con la técnica de nadar (lo dicen) y guardar la ropa (quitan importancia al caso o lo tratan como un asunto menor). Muy hábiles.

Y una tercera anotación. Las portadas confirman lo que explica el editorial de esta santa casa sobre la reunión entre el president Quim Torra y el presidente Pedro Sánchez: las expectativas sobre el encuentro son tan bajas que ni la prensa de Madrid, siempre agresiva, la utiliza como munición contra Sánchez, ni la de Barcelona, siempre amable y servicial, la presenta como el bálsamo de Fierabrás de la crisis catalana (o española). Sólo La Vanguardia, solícita, disfraza las múltiples reuniones con que Sánchez quiere aguar el encuentro con Torra como un esfuerzo del presidente español por abrirse a otros interlocutores, etcétera. Qué emoción, oiga.

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