Las portadas de hoy serían las de ayer si la rectificación del Gobierno hubiera llegado un par de horas antes de la medianoche. Todos los diarios se esfuerzan bien que mal para no hacer una pancarta en primera página, pero la suma de todos los titulares sería "Sánchez dimisión" o, para los más castizos, "Váyase, señor Sánchez". En algunos diarios —es sólo una sospecha— si la reunión de portada se alarga diez minutos más acaban convocando una mani en la Moncloa.

Las primeras páginas de este viernes se pueden clasificar en benévolas y menos benévolas.

Aquí van las benévolas. El País, que arranca su editorial en portada —es la manera que tiene el diario de fruncir el ceño— dice que la confusión organizada por el PSOE y Podemos sobre la reforma de la reforma laboral "no se puede despachar como un mero engaño", pero en el título lo deja en "fisuras" y "confusión". La Vanguardia habla de las consecuencias del enredo (la "irritación" de otros), como si el mismo enredo no fuera lo bastante grueso, como queriendo decir que si nadie se hubiera irritado, el enredo meh.

El Periódico lo reduce a una trifulca de lugartenientes, Calviño contra Iglesias, el seny contra la rauxa, etcétera. Parece que si eliminas a Nadia y a Pablo, pelillos a la mar. Hombre... Ara habla piadosamente de "crisis interna en el gobierno": Las patronales sacan humo por las orejas, Bruselas ha levantado una ceja, toda la oposición y todos los partidos que votaron al gobierno español están cabreadísimos. Cuando menos, es una crisis interna muy externa.

Esta es la reacción en portada de los diarios más, digamos, gubernamentales.

Entre los, digamos, no gubernamentales, la reacción es menos benévola. El Punt Avui ha hecho esta simpatía del "Sánchez Style", que a sus lectores les recordará alguna broma más cercana. Ríete lo que quieras, pero El Punt Avui y El Mundo son los únicos diarios que señalan al responsable del desaguisado en el titular.

La Razón y ABC van más flojos de lo que se podía esperar, quizás en un ataque de responsabilidad o para no arruinar el fin de semana de los cayetanos. También El Mundo, que se lo juega todo a la mentira del "pacto secreto" (tan secreto que se sabía a las ocho de la noche de ayer). Se puede adelantar una interpretación tentativa y quiromántica de estas portadas tan suaves para lo que nos tienen acostumbrados. Es esta: cuándo los diarios de guerrilla, asalto y embestida tienen demasiado tiempo para pensar, colapsa su creatividad, su gracia, su salero y su mala leche.

EP

LV

EPC

AHORA

EPA

ME

ABC

LR