Que Felipe VI ha dormido esta noche en Barcelona nos lo tenemos que creer. Nadie lo ha visto. Llegó ayer domingo por la noche y accedió al hotel que lleva el nombre de su padre por la puerta de al lado mientras centenares de personas le daban la bienvenida (metafóricamente hablando) a golpe de cazuela en una Diagonal más que blindada.
De estas protestas, en las portadas de los diarios impresos en Madrid, no encontrarán nada. Únicamente el diario El Mundo se hace eco. No interesa hacer saber en el resto de España que el Rey no es bienvenido en Catalunya, con quien rompió definitivamente con su discurso del 3-O. Por eso tiene que llegar a escondidas y protegido por un amplio dispositivo policial que lo aísle de lo que ocurre en la calle. Escondido y aislado, como dice La Razón.
En Catalunya el quiosco no puede esconder a sus lectores la realidad, aunque hay muchas maneras de presentarla. La Vanguardia acompaña la foto de las protestas con una crónica donde destaca el compromiso del Rey y la princesa de Girona con Catalunya. El diario monárquico por excelencia de Catalunya hace su trabajo, como también El Punt Avui, pero justo a las antípodas. Ara mira hacia otro lado y El Periódico hace una más que discreta llamada donde destaca la máxima alerta policial por la visita real. Casualmente los dos coinciden en dar la foto al campeón del mundo de Moto2, Àlex Máquez.
Veremos mañana qué tratamiento encontramos en los diarios de Madrid, de la visita discreta, por no decir clandestina, del monarca español.
