La eurodiputada de Junts Clara Ponsatí ha querido mantener hasta el último momento la incógnita sobre si comparecerá a la cita que tiene con el juez instructor del procés, Pablo Llarena, en el Tribunal Supremo. La política independentista, que volvió a Catalunya por sorpresa hace unas semanas, se ha limitado a decir eso sobre sus prioridades de mañana: "Yo mañana trabajaré, tengo trabajo". Ponsatí, sin embargo, no ha concretado si eso quiere decir que irá o no en Madrid. "Todas las capitales europeas son interesantes", ha dicho con un tono irónico. "Nunca di nunca de esta agua no beberé. Algún día u otro iré a Madrid. O quizás no, vete a saber", ha añadido, en un acto en la oficina europarlamentaria de Junts por Sant Jordi.

Acusada de desobediencia por su implicación en la organización del referéndum del 1-O, la exconsellera de Educación está citada el lunes en el Tribunal Supremo para hacer la declaración indagatoria, pero ya ha dicho en diversas que no tiene "especiales ganas" de hablar con Llarena. El magistrado la ha visado de que no comparecer comportará "la modificación de su situación personal y de su conducción delante" del Supremo "por la fuerza pública". Hoy por hoy, en su agenda Ponsatí solo tiene punto rojo: participa como suplente a la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo a partir de las 3 de la tarde.

¿Y qué pasará si Ponsatí planta a Llarena este lunes? Después de la detención en Barcelona y posterior liberación, el juez instructor ya puso las cartas encima de la mesa en el auto que redactó a altas horas de la noche. El aviso era claro después de poner día y hora a la citación: "Con advertencia que el incumplimiento del llamamiento efectuado comportará la modificación de su situación personal y su conducción ante este Tribunal por la fuerza pública". Con la incomparecencia, la exconsellera forzará a que el Supremo emita un orden nacional de detención que, en la práctica, no tendrá ningún efecto si no pisa el Estado español sabiendo que tiene la protección de la inmunidad, por lo que Llarena tiene suspendidas las euroórdenes internacionales. La hoja de ruta de Ponsatí es buscar las cosquillas a Llarena para ponerlo en un lío con las autoridades europeas teniendo en cuenta su condición de eurodiputada.

Primer Sant Jordi en casa desde 2017

Este domingo, Diada de Sant Jordi, la consellera de Enseñanza durante del 1 de octubre ha removido la cola por el centro de Barcelona. A lo largo del día se ha paseado por la capital catalana y ha estado firmando ejemplares de su libro Molts i ningú (La Campana, 2022) en más de una parada. Para Ponsatí es "muy emocionante" estar en Barcelona este domingo por la jornada cultural catalana: "Hacía mucho tiempo que no pisaba el Sant Jordi de Barcelona y estoy muy contenta de poder estar".