El exministro Josep Piqué ha advertido que el independentismo en Catalunya se transformará en un movimiento de reivindicación del derecho a la autodeterminación para ampliar el apoyo social y atraer a lo que ha llamado "mundo Colau".

En un debate de la fundación FAES al lado del también exministro Alberto Ruiz-Gallardón y el economista Rocío Albert, ha asegurado que el independentismo ha fracasado porque, según su opinión, no ha conseguido sumar a la mitad de los catalanes a pesar de los años transcurridos, y por eso busca ahora ampliar su base social.

Según su opinión, la estrategia es conseguir un "proyecto más transversal" en torno a la reivindicación del derecho a decidir de los catalanes, en el que los partidos independentistas pueden coincidir con la izquierda de ICV, de Podem y de las plataformas que dan apoyo al proyecto político de Ada Colau.

El exministro ha asegurado que la situación en Catalunya es grave porque las instituciones "están al servicio de un proyecto político de una parte", y porque se ha asumido que el precio que habrá que pagar es "que la propia sociedad catalana se rompa".

Ante esta situación, cree que tienen que dar la batalla de contraponer ideas y afrontar debates para reconquistar afectos, sentimientos y mentes: "Eso requiere tiempo, paciencia, pero hay que hacerlo. Las batallas que no se dan inevitablemente se pierde, aquí todos tenemos mucho a decir, las fuerzas políticas pero también la sociedad civil y celebro que empiezo a ver cierta efervescencia de colectivos contra esta trampa ".

"Catalunya no será independiente"

Ruiz-Gallardón ha sentenciado que Catalunya no será independiente porque no tiene viabilidad jurídica ni política, porque no hay acuerdo dentro de la propia sociedad catalana y porque el independentismo "ha fracasado desde el principio" a las instituciones internacionales.

"Cuando dicen que Catalunya será un Estado independiente mienten", ha asegurado, y ha pronosticado que el independentismo busca forzar que el Estado tenga que aplicar los últimos mecanismos constitucionales para evitar la secesión, llegar a una situación de "dramatismo jurídico y político" para justificar después su fracaso: "lo intenté, pero no lo conseguí".

Ruiz-Gallardón ha reclamado al Estado que, aunque haya que llegar a este final "dramático", no ceda en la defensa de la unidad de España y de la igualdad de los ciudadanos.

Ha agregado que el daño "provocado" por el secesionismo es enorme: "Y sólo hemos dado el silencio por respuesta. El movimiento (de respuesta) tiene que darse de abajo arriba, la sociedad catalana tiene enorme responsabilidad, ha habido mucho silencio en una parte de la sociedad catalana".