La Sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid juzga desde este lunes a los quince ultras que asaltaron el centro cultural Blanquerna de Madrid durante la Diada del 2013. La Fiscalía pide cuatro años de prisión para Juan Luis L. G. y Jesús Fernando F. G., y dos años para el resto. La acusación de la Generalitat, CiU y el exdiputado Josep Sánchez Llibre eleva su demanda a 15 años y nueve meses de cárcel para 14 de los acusados y a 16 años y nueve meses para otro en el que concurren los agravantes de reincidencia y disfraz.
El 11 de septiembre del 2013, un grupo de ultras irrumpió en el centro, donde la Generalitat había convocado la celebración de la Diada. Entre gritos de "no nos engañan, Cataluña es España", golpearon al diputado de CiU Josep Sánchez Llibre y a otros dos asistentes.
Los asaltantes están acusados de los delitos de desórdenes públicos, daños, atentado y coacciones y por faltas de lesiones y maltrato. Los principales acusados son Jesús Fernando F. G.,que golpeó al entonces diputado Sánchez Llibre, y Juan Luis L. G., que agredió al delegado de la Generalitat en Madrid, Josep Maria Bosch.
Motivos ideológicos
En su escrito, el ministerio público remarca que los acusados, actuando por motivos "claramente ideológicos", se concertaron para protestar frente al centro Blanquerna con el objetivo de impedir la celebración de la Diada.Según el fiscal, los acusados atentaron contra la paz social y, actuando en grupo de forma conjunta, accedieron a la planta baja del edificio, una librería abierta al público. Desde allí descendieron a la planta inferior, donde estaba a punto de iniciarse el acto, exhibiendo banderas españolas y de la organización ultra Alianza Nacional y coreando consignas como "no nos engañan, Cataluña es España".
'Catalán de mierda'
Los agresores arrojaron al suelo una bandera catalana, insultaron a varios de los asistentes y golpearon a Sánchez Llibre así como a otras dos personas: el delegado Josep Maria Bosch y a un cámara de TV3, que tardó nueve días en recuperarse.Los asaltantes insultaron a Bosch al grito de "catalán de mierda" y además amenazaron con matarle, según el fiscal. También provocaron desperfectos en el local valorados en 1.372 euros.
Uno de ellos roció con un spray de gas pimienta el local, lo cual provocó picores e irritaciones entre los asistentes, que tuvieron que abandonar el centro. El acto continuó en unos jardines vecinos.