Se hace llamar Quim. No quiere que su nombre sea difundido y todavía menos su imagen. Nos pide que apaguemos los móviles para hablar con él. Todas las precauciones son pocas. Es uno de los organizadores del Pícnic per la República, un nuevo grupo de activistas que prepara acciones para la respuesta a la sentencia. Hace meses que empezó a caminar, pero hasta el 11 de septiembre no se dieron a conocer al público. Este domingo harán su primera acción, una especie de ensayo general antes de la publicación de la sentencia, que tendrá lugar a las 10 de la mañana a la estación de Sants.

"Decimos picnic pero no deja de ser una sentada. Utilizamos este nombre con humor, porque el humor nunca ha estado reñido con hacer cosas serias", afirma en Quim mientras se toma una manzanilla en un bar de Barcelona. Asegura que aunque la convocatoria es en la estación de Sants, "no está previsto cortar las vías". Sin embargo, no niega que alguno de los manifestantes que asista lo pueda proponer y, entonces, un grupo lo acabe haciendo.

En la respuesta a la sentencia tiene que haber acciones para todo el mundo: para los que quieren lirios y para los que quieren rosas con pinchos

El objetivo, según explica, es hacer acciones "no violentas" pero "sí disruptivas". Habla de sentadas, caminatas y manifestaciones, pero también de cortes en las carreteras. "Cualquier acción multitudinaria y no violenta suma", defiende, mientras declara que en la respuesta a la sentencia tiene que haber acciones para "todo el mundo": para lo que quieren "lirios" y para los que quieren "rosas con pinchos". Y mientras insiste en que la violencia nunca será el camino, resaltando que eso haría "restar" apoyos al movimiento especialmente si fuera contra personas, también alerta que la independencia no se hace desde el "sofá".

"Quién quiera la independencia sin un papel en el suelo, sin afectar a nadie y mientras mira la televisión desde el sofá, no la verá", apunta en este sentido. Por eso, hace un llamamiento a la desobediencia civil y a afectar los "pilares del régimen", como la economía o la justicia. Reconoce que hacerlo afectaría también a la economía catalana, pero alega que la independencia es "para vivir mejor", aunque durante la "transición" reconoce que no sería así. "Quien lo crea se engaña", añade.

Quien quiera la independencia sin un papel en el suelo no la verá

La de este domingo será sólo una primera acción, preparan más para los días que vienen. La idea es que sea una "acción continuada" y evitan poner una fecha de finalización. Todo depende, dice, de lo que quiera la ciudadanía. Para él, "lo que sea". "No hace meses que trabajamos por un domingo", señala, explicando que han mantenido reuniones de coordinación con entidades, los CDR y Tsunami Democrático y que participarán también en sus iniciativas.

Con todo, hace un llamamiento a sumarse a la propuesta. En la página web de Pícnic per la República hay el kit necesario para sumarse: informaciones y directrices sobre como prepararse y unirse. La clave, según explica, es juntarse 10 o 12 personas, siempre "de confianza", y decidir qué acción se quiere hacer. Este es uno de los puntos importantes para evitar que haya infiltrados dentro de los grupos: que les conformen gente "que se conoce desde hace tiempo" y que la comunicación telemática sea siempre a través de canales "encriptados".

No tendríamos este problema si en lugar de nueve presos tuviéramos 2.000

Y es aquí donde la conversación se pone un punto más trascendental. Llega el momento de hablar de la prisión. Todas estas precauciones no dejan de ser una manera de evitar la represión, pero algunas acciones pueden comportar consecuencias. Quim es consciente de ello y lo tiene claro: "es posible que haya más encarcelamientos, incluso es deseable". También exilio, defiende. "No tendríamos este problema si en lugar de nueve presos tuviéramos 2.000", añade, preguntándose "¿dónde ha quedado aquel grito de 'no tenéis suficentes cárceles'?".

Él está dispuesto a pasar "años" en prisión si hace falta. "Si tenemos que pasar años, los pasaremos. Cualquier cosa requiere un sacrificio y la independencia vale mucho la pena", defiende con voz firme, aunque lo que expresa es contundente. Ahora bien, quiere dejar claro que hace falta que detrás de esta prisión haya una buena "red de solidaridad": "yo me sacrifico por el país, pero el país me tiene que dar apoyo". Si no, dice, es muy difícil, y en este sentido alega que tendría que haber más apoyo a los miembros del CDR encarcelados y acusados de terrorismo. Sin embargo, cree que no es momento de hacer "reproches", sino de ir "unidos".

Tenemos que volver a pasar por encima de los políticos, como el 1 de octubre

El objetivo de todo, asegura, es "poner en evidencia la desproporción" del Estado y recoger apoyos en el resto de España y internacionales. Ante toda esta situación, y especialmente después de que este miércoles el jefe de la Guardia Civil de Catalunya amenazara con repetir la operación policial el 1-O, Quim reconoce que "es normal tener miedo": "lo que no sería normal sería no tener". "Era uno 'a por ellos oficial'", afirma, apuntando a la posibilidad de que los cuerpos policiales actúen al margen del Gobierno. "Que no les acaben montando un golpe de estado", agrega. Sin embargo, se muestra convencido de que la solución para Catalunya "es sólo cuestión de tiempo".

"Cualquier conflicto bélico acaba con una firma de paz. Lo mismo pasa con las situaciones no violentas. Es cuestión de tiempo", dice convencido. Con todo, defiende que la autodeterminación "no se pide, se ejerce" y que del Govern no hace falta "esperar nada". "Tenemos que volver a pasar por encima de los políticos, como el 1 de octubre", concluye, mientras se acaba la manzanilla.