La oposición redobla la presión en el Gobierno de Quim Torra. En el pleno de esta semana, por lo menos los socialistas y los comunes votarán a favor de una moción que constata la inoperancia del ejecutivo de Junts per Catalunuya y ERC y pide que el president de la Generalitat se someta a una cuestión de confianza, cosa que ya llevan pidiendo de viva voz desde hace semanas. La iniciativa la impulsa el PSC y vistos los reproches de Ciutadans y del PP al govern, es de esperar que también den su apoyo.

El primero en replicar a la ofensiva socialista ha sido el vicepresidente Pere Aragonès, recién retornado al trabajo después de su permiso de paternidad. Lo ha hecho con contundencia, negando las acusaciones que el ejecutivo está paralizado. "Sólo hay una mayoría para criticar y destruir, pero no una mayoría constructiva, la cuestiones de confianza las presenta el Govern, si quieren que presenten una moción de censura y si no, que dejen gobernar". Es por eso que ha desafiado "desde la CUP al PP" a utilizar ese instrumento para destituir al ejecutivo, "pero es evidente que más allá de criticar no pueden plantear una mayoría alternativa al actual govern de la Generalitat de Catalunya".

En relación a qué respuesta habrá que dar a la sentencia del Supremo contra los líderes independentistas, la portavoz Meritxell Budó ha defendido que no puede ser sólo una iniciativa del Govern y del presidente Torra, sino que debe ser una "respuesta de país".