Ya hay día para la operación de Oliver, el niño de solo dos años y medio que ha volado desde México hasta Barcelona para ser intervenido en el hospital infantil Sant Joan de Déu. Así, este niño podrá pasar por el quirófano, donde intentarán extirparle este tumor el próximo 2 de noviembre, el miércoles de esta misma semana. Será la segunda vez que los neurocirujanos del hospital de Barcelona operarán a este niño en menos de una semana, ya que llegó a Barcelona el miércoles pasado. Tal como los mismos profesionales lo han definido, se trata de un tumor "muy agresivo del tronco cerebral" y que se intentará extirpar "parcialmente o totalmente". Esta operación está prevista para el miércoles, 2 de noviembre, a las 8 de la mañana, y lo más probable es que se alargue hasta media tarde.

El viernes, los neurocirujanos que lo tratan culminaron con éxito la primera intervención quirúrgica del pequeño Oliver para tratar la hidrocefalia que sufre. Esta hidrocefalia supone una acumulación de líquido dentro de las cavidades profundas del cerebro que provoca un aumento de la tensión intracraneal. El mismo centro anunció una segunda operación para extirpar el tumor, parcial o totalmente, que ahora ya tiene fecha fijada, si no hay nada que haga cambiar de planes.

La primera operación, un éxito

Concretamente, la primera operación que se pudo completar sin complicaciones permitió implantarle a Oliver una "una válvula de derivación ventricular peritoneal", para drenar el líquido acumulado en el cerebro y así poder tratar la hidrocefalia y reducir la tensión intracraneal. Ahora, con esta segunda intervención, el objetivo es extirpar totalmente o parcialmente el tumor y la biopsia de este, y poder diseñar el tratamiento oncológico más adecuado. El padre de la criatura, Alejandro Romero, explicaba después de la intervención que todo había salido bien, y que la familia se encontraba un poco más tranquila. Además, agradeció las muestras de apoyo que está recibiendo, entre las cuales ha destacado dibujos que envían a otros niños para darle ánimos, remarcando que les quería hacer extensivos a los otros pacientes pediátricos del hospital, que están en algunos casos "igual o peor que Oliver".

La historia de Oliver ha golpeado a todo el Estado, en gran parte porque han sido los mismos familiares que han ido explicando la rápida evolución de la enfermedad: hace poco más de dos semanas que la familia sabe que Oliver tiene un tumor en el cerebro y que les advirtieron que si no lo operaban, su pronóstico era, como máximo un mes de vida. En México, donde vive la familia, esta operación no se podía llevar a cabo y el niño no podía desplazarse hasta España, de donde es su padre, sin un avión medicalizado, que no se podían permitir. Mientras la familia Romero hacía un llamamiento a la solidaridad y pedían donaciones, un empresario anónimo dio los casi 200.000 euros para que el niño pudiera viajar desde México a Barcelona con un avión adecuado, mientras que una UVI móvil la esperaba en el aeropuerto del Prat a su llegada.