La tensión entre el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, sigue escalando con toques propios del folclore popular en medio de un debate crudo sobre la cuestión de los refugiados. Iglesias ha acuñado el término “cuñadismo”, utilizado sobradamente en las redes sociales a modo de burla para referirse al discurso desarrollado por Rivera en materia de exteriores.

“El cuñadismo pasa por presentarse a las elecciones europeas con Libertas, un partido de extrema-derechista”, resaltaba el podemista. Ahora bien, según Iglesias, “el cuñadismo dicta que se tiene que proteger a los que huyen de la guerra”, en alusión a las palabras del líder de C's. “Señor cuñado Rivera, estamos hablando de derechos humanos, y los derechos humanos no distinguen a quién huye de la pobreza y de la guerra”, añadió, recordándole que el líder de los naranjas había defendido “la retirada de la tarjeta sanitaria a los sin papeles”.

Al mismo tiempo, Iglesias ha asegurado que el partido naranja fue quien “con mes entusiasmo” defendió bombardear a Siria después de los atentados de París. “Así se alineaba con las acciones de Aznar”, ha añadido Iglesias. “Mire, no todo se soluciona con el cuñadismo. Los papeles lo aguantan todo, hay un contraste entre los papeles, las palabras y los hechos. Le daremos la mano para un gobierno que no se base en cuñadismo, ni en buenas palabras” ha dicho el líder de los morados.

A estas palabras, Albert Rivera ha respondido de que “quizás” el llamado cuñadismo pasaba por “colocar no los cuñados, sino los hermanos y las novias” en los cargos de responsabilidad. “Bajemos el tono, no demos lecciones de derechos humanos, de enchufismo y cuñadismo”, ha añadido al líder de los naranjas.

Venezuela al debate

La tensión se había hecho notar a lo largo de todo el debate, cuando Pablo Iglesias había replicado la acusación velada de Rivera sobre las relaciones entre los morados y el gobierno de Venezuela. “Yo estudié en la pública y en la concertada y la única relación que tengo es con Barcelona y Helsinki, no con Venezuela” decía el presidente de C's. “Aquello sí que no es un modelo de derechos humanos”. Estas palabras venían en respuesta a la acusación de Iglesias sobre la retirada de la tarjeta sanitaria.