Se ha oído decir varias veces —incluso por parte de algún miembro del entorno del gobierno de Mariano Rajoy—, pero ahora es el diario británico The Guardian quien pone el foco en una mejora del trato fiscal para Catalunya para evitar que la crisis del procés continúe adelante y asegura que, según algunas fuentes destacadas del ejecutivo estatal, Rajoy "podría dar [a Catalunya] el poder de recaudar y gestionar sus propios impuestos en un intento por desactivar la crisis de la independencia" emulando el concierto económico del País Vasco.

Sin tener en cuenta los diferentes viajes del expresident Artur Mas a Madrid para hablar con el presidente español de una mejora del trato fiscal y de los diversos portazos que se han llevado los dirigentes catalanes que han pedido esta mejora, y justificando, incluso, con que el mismo Rajoy —que ya se amparaba en la norma suprema para no rebajar el tono con el Govern— rechazó un pacto fiscal por Catalunya en 2012 (entre otras veces) por "ser contrario a la Constitución", el diario británico deja claro que, ahora, esta es sólo una posibilidad porque, de momento, no hay nada seguro.

De hecho, sólo se limitan a poner encima de la mesa que "hay una voluntad renovada de empezar conversaciones sobre un nuevo pacto fiscal bajo el cual Catalunya tenga un mayor control de sus finanzas" e, ignorando aquellas palabras de Rajoy del 2012, estas mismas fuentes del gobierno del PP dicen ahora que están abiertos a "discutir eso teniendo en cuenta que la Constitución también establece la solidaridad" entre los diferentes territorios del Estado.

Eso sí, están abiertos a discutirlo, sin embargo, es condición sine qua non que esta mejora de la financiación sea votada en referéndum por toda España porque, según apuntan, "el gobierno [español] no entrará en un acuerdo fiscal sólo con una región", ya que, según su opinión, "las 17 ejercen un papel" importante.

Línea dura

Ahora bien. Este artículo sí que quiere dejar claro que "Madrid ha tomado siempre una línea dura contra los secesionistas catalanes desde que la crisis estalló" porque la respuesta del ejecutivo estatal fue aplicar el artículo 155 de la Constitución, fulminar en bloque todo el Govern y, después, a través de la Audiencia Nacional, enviar ocho de sus miembros —aparte de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez— directamente a la prisión, mientras el president Carles Puigdemont y cuatro consellers más están en Bruselas a la espera de la audiencia judicial por la euroorden emitida por la jueza Carmen Lamela.

Para el ejecutivo español, la convocatoria de elecciones el 21-D y el establecimiento de una comisión en el Congreso para hablar de una posible reforma constitucional ya es un gran avance y, si eso comporta un cambio de gobierno en Catalunya que "acate la Constitución", se acabará con la aplicación del 155.

Y lo que es más, no acaban de tenerlas todas con que se imponga el bloque unionista porque, según aseguran, los partidos independentistas continúan "marginalmente en el frente", aunque no esconden su optimismo con el hecho de que "las encuestas muestran que puede haber una sorpresa en las elecciones", mientras que la misma fuente subraya que está convencido de que "no tendremos un resultado como el de las últimas elecciones" y considera que los partidos favorables a la creación de una República catalana "encontrarán muchas dificultades para formar un gobierno y se desafiarán los unos a los otros".

Dicho... ¿y hecho?

El artículo acaba recordando que fue precisamente el PP, a través del Tribunal Constitucional, quien tumbó el Estatut tal como los catalanes lo habían votado y, por lo tanto, se cargaron la voluntad de la ciudadanía de Catalunya que pedía ser reconocida como una nación y que el catalán "no tuviera precedencia sobre el castellano".

De hecho, en el terreno fiscal, el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, en una entrevista en el Financial Times de este septiembre, ya soltó que cambiaba la celebración del referéndum del 1-O por más financiación para Catalunya, aunque sí que apuntó que no veía que Catalunya necesitara una mejora porque, desde su punto de vista, "ya tiene un buen trato de autonomía".

Incluso, un corresponsal en Madrid del diario liberal editado en Munich de referencia en Europa, el Süddeutsche Zeitung, atribuyó a Rajoy toda la responsabilidad de lo que está pasando en Catalunya por ignorar el pacto fiscal y recordaba que "una media del 8% de su PIB hacia a otras regiones, cosa que la sitúa, con mucho, al frente de la lista de los contribuyentes netos".