Debate en el programa Salvados de La Sexta entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. Lo han titulado “Pablo-Albert. Partido de vuelta” en referencia al otro debate que hicieron en un bar antes de las anteriores elecciones de diciembre. Desconozco por qué el nombre de Pablo (Iglesias) va primero que el de Rivera.

Antes de empezar, Ana Pastor nos presenta el debate posterior al debate-debate que harán 4 representantes de los grandes partidos españoles diciéndonos que estamos a punto de ver el primer debate de la campaña. ¿Campaña? ¿Ha dicho campaña? ¿Ya está aquí? Un golpe muy duro a nuestra moral, y sin avisar ni nada.  

Jordi Évole insiste mucho durante el programa en comparar el tono de este programa con el otro. Es cierto que ha habido unos cuantos reproches, sobre todo a la hora de repartir responsabilidades de la repetición de las elecciones, pero los argumentos eran antiguos: Pablo diciendo a Albert que son la marca blanca del PP y Albert diciéndole a Pablo que son comunistas y venezolanos.

Cuando Évole les ha preguntado sobre pactos, ha quedado claro que estamos (y estaremos) donde estábamos. O sea, si se repitieran resultados, repetiremos situación. ¿Por qué? Rivera ha asegurando que se sentarán con todo el mundo y que pactarán con quien pueda formar gobierno, menos con Podemos, porque las diferencias son insalvables, sin embargo... que un pacto con el PP será “sin Rajoy ni su equipo”. Teniendo en cuenta que el PP se ha negado a que Rajoy dé ningún paso que no sea hacia La Moncloa, “no hase falta decirt nada más”

Iglesias ha dicho que son los únicos que pueden ganar al PP y que su única apuesta es un gobierno con el PSOE y catalanes y vascos, sin embargo... sólo si ganan ellos, porque ha dado a entender que si gana el PSOE, ni hablar.

Entre reproches y hablar durante los 13 primeros minutos de generalidades (no de la de Catalunya, un tema que no ha salido en todo el debate) y hablar de su relación personal y ver vídeos de los reproches que se han hecho durante estos 5 meses, también han hablado un poquito de política.

Pablo ha defendido la educación 100% pública y Albert la convivencia con la concertada. Hablando de medio ambiente sólo ha salido el tema del cementerio de neumáticos de Seseña y los dos han culpado del tema a PP y PSOE. En Sanidad han coincidido en defender el fin de los recortes, Pablo ha acusado a Albert de defender las privatizaciones, pero ninguno de los dos ha dicho nada de nuevo. Bien, ni mucho de viejo.

La sorpresa ha sido que el momento más tenso lo ha provocado cuando hablaban de los refugiados. Primero iban bien acusando al gobierno del PP de inactividad y poniéndose de acuerdo en que en los ayuntamientos, incluidos los de Podemos, se han hecho cosas y con Albert aprovechando para recordar que estuvo en un campo de refugiados en Grecia y que, por lo tanto, ya lo sabe todo sobre el tema. Pero cuando Pablo le ha reprochado una antigua votación de apoyo a que los sin papeles no tuvieran derecho a tener tarjeta sanitaria, ha empezado el momento “no te pongas nervioso”. El uno hablaba, el otro le decía demagogo, el otro le respondía que decía “perogrulladas”, el otro re-respondía “me indignas, Pablo”, y entre medio, se iban diciendo mutuamente “no te pongas nervioso”. Lo han dicho tantas veces que al final me he puesto nervioso yo. Mucho.

Y cuando estaban más enganchados, Évole les ha interrumpido y les ha dicho que si aquel tenía que ser el tono, él daba un paso atrás, cosa que confirma que eso de dar pasos en direcciones diversas, definitivamente ya es mainstream total. Los pasos (sea en la dirección que sean) son el Primavera Sound del concepto político.  

Y ha sido decir eso, y ha habido un corte de edición tan bestia que me he tenido que agarrar del sofá de casa para no caer al suelo e incluso me ha temblado la luz del comedor.

Más calmados ya, han hablado de políticas laborales, con Pablo defendiendo subir el salario mínimo y reducir la temporalidad y Albert a favor del contrato indefinido y entonces ha sido el turno de... ¡¡¡VENEZUELA!!!

Como todos tenemos una sobredosis y no han dicho nada de nuevo, aparte de más reproches que nos sabemos de memoria, pasamos palabra. Pero como Évole ha pasado las imágenes del Albert diciéndole a Eduardo Inda en una entrevista aquello de...

Inda- ¿Es Venezuela una dictadura?

Rivera- Yo diría que se incluso peor. Las dictaduras no tienen libertad, pero tienen cierta paz y orden porque todo el mundo sabe lo que hay, pero aquello es peor, es una tiranía arbitraría. No respeta nada.

... pues eso, que, para compensar, le ha sacado a Iglesias Arabia Saudita, un país donde la palabra democracia no está en los diccionarios. Resulta que el alcalde de Podemos en Cádiz apoyó un contrato de Navantia para construir 5 barcos de guerra para aquel país. Respuesta-argumento de Iglesias que me ha dejado boquiabierto: una cosa es la cooperación militar con países como este y la otra es la defensa de los derechos de los trabajadores. Traducido: pagando, San Pedro (y Alá) cantan.

Total, que después de poco más de una hora, un poquito más de tono agrio que en el anterior debate, nada nuevo y la sensación de que si se repiten resultados, estaremos igual que ahora.

Eso sí, esta vez el escenario respiraba más. Hemos pasado de la claustrofobia de un bar de barrio a unas grandes vidrieras con vistas al centro de Madrid. Hemos pasado de una excursión inicial en coche a los tres protagonistas de pie, vistiendo camisa y de cara al ventanal.

Esta ha sido la nueva televisión que nos ha mostrado la nueva política. O no... En todo caso, la propaganda ha sido la de siempre. Dos pequeños ejemplos. Adivine de quién es cada uno de estos tuits...

El FNAC se hace un espacio en el debate

Uno de los grandes debates que ha generado el debate ha sido este tuit en la cuenta oficial del FNAC...

Rápidamente, este tuit ha sido borrado. Y, nuevamente, parece mentira que la gente no recuerde que borrar no quiere decir eliminar. Y más cuando, seguidamente, haces referencia en dos tuits a una cosa que ya has borrado...

 

 

Será una de las consecuencias del debate, la creación de un puesto de trabajo, posterior a la destrucción del puesto que ocupaba hasta esta noche del domingo el anterior CM del FNAC.