Macarena Olona es de Alicante pero no para de subrayar que a andaluza no la gana nadie porque tiene familiares que son de aquí. El objetivo de la candidata de Vox a las elecciones de la Junta de Andalucía es sumar votos como sea. Lo hemos constatado con su visita en la Feria de Abril de Sevilla y desde el Congreso de los Diputados donde repite hasta aburrir, que es la escogida para representar la ultraderecha.
Con el deseo de poner un pie a la Junta, hoy sale a la luz que Olona se empadronó en Salobreña, Granada, el pasado 5 de noviembre, según adelanta un informe al que ha tenido acceso la Cadena Ser. Olona se presenta para el 19 de junio y se aseguró medio año antes, de que nada pondría en riesgo su candidatura. La casa donde se empadronó es la de Manuel Martín Montero, presidente de Vox en Granada y concejal del municipio. Por su parte, Olona no consta ni como arrendataria ni propietaria.
"Ella vive arriba y yo abajo de la casa"
Martín no ha tenido más remedio que decir la verdad para sacarse de encima cualquier problema que pueda venir a partir de ahora: "No puedo decir que ella esté aquí de forma regular porque estaría mintiendo", en declaraciones a la Ser. Y las explicaciones con que se justifican es que Olona "viene a menudo de vacaciones ya que trabaja en Madrid" y Martín le cede la parte de encima de la casa y él vive en la primera planta.
Preguntada por esta emisora, Macarena Olona ha rechazado comentar cualquier asunto relacionado con su lugar de residencia aduciendo "motivos de seguridad". Si la justicia determinara que el empadronamiento es puramente instrumental podría tener problemas. Para presentarse a las elecciones es un requisito indispensable pero no a cualquier precio. Óscar Sánchez Muñoz, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid incide que "no podemos olvidar que el espíritu del legislador está en origen evitar que se produzcan precisamente situaciones en que los que votan o se presentan no tengan ninguna vinculación con el territorio".
Maroto i Cantó, los precedentes
Si otro partido interpone una denuncia, el caso podría acabar en los juzgados. De precedente inmediato hay uno. El portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, se empadronó en Sotosalbos, en Segovia, a pesar de ser vasco, para conseguir an senador en las Cortes de Castilla y León. Los socialistas quisieron bloquear la designación para considerarla fraudulenta y un juzgado contencioso acabó dando la razón a Maroto y justificante su empadronamiento. Un caso similar vivió Toni Cantó cuando se desligó de Ciudadanos en Valencia para dar el salto con el PP madrileño de Isabel Díaz Ayuso. Finalmente, el Juzgado Contencioso Administrativo número 5 de Madrid sí lo excluyó de la lista electoral por no estar inscrito en el censo electoral vigente. Entonces, en el 2021, llegaron tarde y parece que Olona, en este sentido, ha sido más previsora.