Cuando el coronavirus cruzó la frontera el invierno pasado, trastocó de arriba abajo el día a día en los hospitales, que llegaron al límite del colapso. A contrarreloj, los centros catalanes tuvieron que ingeniárselas para habilitar espacios para atender a los enfermos que iban llegando a un ritmo vertiginoso. Ante la emergencia, se atendieron pacientes en bibliotecas, comedores y salas de reuniones. Pasado un año, la tercera ola llega con el sistema sanitario en mejores condiciones: se han doblado las camas de UCI. En plena fase de desprogramación de actividad por culpa de la avalancha de enfermos de Covid, Salud trata de despresurizar el sistema.

Antes de la pandemia había 575 camas para críticos en Catalunya. Ahora hay ya 1.200. La ampliación se ha hecho a partir de anexos que servirán para parar el golpe y garantizar una atención adecuada para los enfermos de Covid, pero están llamados a quedarse una vez desaparezca el virus. Este martes, el vicepresident Pere Aragonès y la consellera de Salud, Alba Vergès, han inaugurado oficialmente el espacio polivalente que se ha construido en Bellvitge, que entró en funcionamiento ayer lunes. Servirá para ampliar 64 nuevas camas normales, 32 de UCI y 48 específicos para urgencias Covid. Para hacerlo posible, se han invertido 16,25 millones.

En paralelo en el de Bellvitge, habrá anexos como este a El Hospital Hermanos Trias i Pujol, a Pere Virgili, a Arnau Vilanova y a Moisès Broggi. "En la primera ola se atendieron pacientes de la manera que se podía, en cambio ahora afrontamos la tercera ola con nuevos espacios donde es más fácil organizar los equipos", ha apuntado a la consellera Vergès. Actualmente, según han informado durante la rueda de prensa, la presión de enfermos críticos es límite, con 1.100 pacientes ingresados.

A partir de 800 enfermos críticos, la situación se complica

Aunque estas ampliaciones de infraestructuras dan la posibilidad de habilitar hasta 1.200 camas de críticos, el director del Servicio Catalán de la Salud, Adrià Comella, ha dejado claro que, suponiendo que en Catalunya hay 7,5 millones de personas, el sistema puede funcionar de forma normal con hasta 800 enfermos críticos. Y que, teniendo en cuenta al personal médico de que se dispone, a partir de esta cifra empieza a alterarse el resto de actividad asistencial, porque hay que concentrar los recursos humanos en equipamientos de críticos. "No hay una capacidad infinita para crecer", ha recordado.

Por eso, el vicepresident Aragonès ha querido agradecer la tarea que están llevando a cabo los profesionales sanitarios a lo largo de este año de pandemia y ha pedido a la ciudadanía "extremar la responsabilidad personal para cuidar a los que nos cuidan".

Durante la presentación del nuevo edificio, la directora gerente del Hospital de Bellvitge, Montserrat Figuerola, ha dejado claro que no será "efímero", sino que ha venido por quedarse. El objetivo que ha perseguido el gobierno catalán desde el inicio de la epidemia era "multiplicar el espacio hospitalario ante la pandemia que ha tensado el sistema", ha explicado Aragonès. A las puertas de la campaña, el candidato de ERC ha puesto en valor el trabajo hecho para acabar con décadas de recortes en sanidad. En este sentido ha garantizado que "una vez haya lo devuelve la normalidad", estas ampliaciones se mantendrán para "mejorar la capacidad asistencial" de Catalunya.