Definitivamente Juan Carlos I se tendrá que sentar en el banquillo de los acusados, como ya lo hizo en el pasado Iñaki Urdangarín. La justicia británica le deniega recurrir la inmunidad al rey emérito español. Ahora mismo, la única salida que le queda al monarca es pedir el permiso para recurrir el dictamen que se emitió el pasado jueves y lo hizo directamente ante la Corte de Apelación. Es la estrategia que los mismos abogados del emérito ya han confirmado que llevarán a cabo.

Los abogados de Juan Carlos, con pocas opciones

El juez inglés Matthew Nicklin tiene un currículum donde siempre ha dado ejemplo de no doblarse ante ningún caso y con Juan Carlos parece que tampoco hará la excepción. Recordamos que después de salir bien parado de la justicia suiza y española, la británica era el último escollo que le quedaba. Todo empezó con la demanda que su examante Corinna interpuso y donde lo acusaba de ser el autor de varios acosos que habría recibido desde el 2012 hasta la actualidad a través de personas al servicio del monarca. Por todo ello, la defensa de la examante constata que ha vivido amenazada ella pero también sus hijos.

El caso dio un paso más a finales de año. El pasado 6 de diciembre se dio el pistoletazo de salida y el 7 se celebró la audiencia en el Tribunal Superior de Justicia inglés. La demanda de Corinna ataca diferentes frentes. Por una parte, aspectos de reputación, porque Corinna asegura haberse sentido atacada por Juan Carlos I. En el escrito de 32 páginas cita adjetivos como "ladrón" y asegura que el emérito la había definido con esta palabra a sus amistades y círculos más íntimos ligados a hombres de negocios. Esta primera consideración asegura que rompió su imagen y reputación como "consultora empresarial". Uno de los aspectos que sin inmunidad tampoco se podrá escapar es el de la demanda de acoso, el punto más complicado para el emérito.

La prensa británica da un aviso

La prensa británica avisa, desde hace meses, de que el caso también puede salpicar a los hijos y, por lo tanto, el actual rey de España, Felipe VI. La denunciante también reprocha a Juan Carlos haberla acusado falsamente de robar 65 millones de euros, que formarían parte del polémico donativo de 100 millones de dólares entregados en el 2008 por el rey Abdullah de Arabia Saudí al entonces monarca español en ejercicio. Larsen defiende que Juan Carlos le dio aquellos millones, pero que, al finalizar la relación, la acusó de robarlos, los reclamó y la difamó, hecho que le habría provocado una pérdida de ingresos de su puesto de trabajo como "consultora estratégica que trabajaba con particulares de alto valor neto y con empresas líderes de todo el mundo", según menciona el medio citado, que no especifica qué resarcimiento pide Larsen, aunque apunta que sería de "decenas de millones de euros".