Las reyertas entre PSOE y Podemos no acaban en la ley del solo sí es sí. Si en las últimas semanas la ley estrella del Ministerio de Igualdad ha puesto de manifiesto las diferencias entre los socios de gobierno, este jueves será el turno de la ley de bienestar animal. La ley pasará su examen definitivo en el Congreso de los Diputados, y servirá para evaluar la salud de los dos socios del Gobierno, y si todavía tienen capacidad negociadora para llegar a un acuerdo. La disputa entre las dos partes se encuentra en una enmienda presentada por los socialistas que excluye a los perros de caza de la protección de la ley; Podemos y PSOE todavía negocian sobre esta cuestión, y el acuerdo podría llegar en el último minuto.

Fuentes de Unidas Podemos señalan que la intención de la formación es que la ley prospere, porque consideran que, más allá de los perros de caza, la ley aporta muchos aspectos positivos para el resto de los animales. Ahora bien, las mismas fuentes aseguran que es deseable llegar a un punto de consenso entre las dos partes. De todos modos, el presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, ya advirtió este martes que su formación estaba "lejos de dar su apoyo al texto", por el hecho de mantener fuera del marco de bienestar animal a los perros de caza. Hay que tener en cuenta que, si la ley no prospera, será el segundo palo del Gobierno en el Congreso en esta legislatura; el primero se produjo en el 2020, con la ley de remanentes municipales.

Otros socios parlamentarios piden que también se proteja a los perros de caza. Por ejemplo, Esquerra Republicana. También este martes Gabriel Rufián aseguraba que "en ningún caso" su formación daría luz verde a la ley si se discriminaba este colectivo de animales. Y en la misma línea se ha pronunciado Íñigo Errejón, que ha pedido tratar de la misma manera a "los perros de casa y los perros de caza".

Hace falta que los socios parlamentarios del Gobierno se pongan de acuerdo para que la ley prospere, ya que el PSOE no cuenta tampoco con el apoyo de PP y Vox. La portavoz de los populares en la cámara baja, Cuca Gamarra, ha afirmado esta semana que se trata de una ley que llevará "muchos problemas" y que, según su opinión, no protege correctamente a los animales. Ahora bien, hay que tener en cuenta que, en un principio, el PP estaba de acuerdo con la enmienda sobre los perros de caza. En una posición mucho más radical se coloca el partido de ultraderecha, que considera que es una burrada humanizar a los animales, porque son seres "sin derechos ni deberes".

Es interesante también la posición del PNV, que, a pesar de estar a favor de añadir una enmienda que excluya a los perros de caza de la ley de bienestar animal, ha anunciado que votará en contra del texto porque considera que el Estado no tiene competencias para legislar sobre estas cuestiones.

Mundo rural y mundo urbano

Para entender los postulados del PSOE en torno a esta cuestión, hay que analizar cuál es la situación de la España rural. Se trata de un mundo que se siente cada vez más abandonado, donde crece poco a poco la afección hacia la extrema derecha, y donde PP y Vox se comen poco a poco parte del pastel que sostenía el PSOE. Además, la caza es el tercer 'deporte' con más federados de todo el Estado (317.000), por debajo del fútbol (1.063.000) y reñido con el baloncesto (385.000).

¿Dónde se practica la caza? En el mundo rural. Y donde no se practica la caza es en las ciudades; allí donde Podemos, por ejemplo, obtiene más votos, gracias al voto urbano. Esta formación controla el Ministerio de Asuntos Sociales de Ione Belarra, y es el departamento responsable de la ley de bienestar animal. Es por eso que este texto se ve como una amenaza al mundo rural, que a menudo se siente incomprendido por el mundo urbano. Así pues, Ferraz en esta cuestión se mantiene entre la espada y la pared: más malestar con los socios de gobierno, o un descontento profundo de los barones socialistas del mundo rural; con una consecuente bajada de votos.

Un posible punto de encuentro entre PSOE y Podemos sería poner en marcha aquello que Emiliano García-Page ha aplicado en Castilla-La Mancha: proteger a los perros de caza en todos los ámbitos, excepto cuando estos animales están en activo; todo para evitar su abandono, maltrato o sacrificio.