La sentencia del juez Pablo Llarena, que ha obligado a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, a pasar como mínimo una noche en prisión hasta que no pague la fianza, se ha recibido con indignación entre las filas soberanistas. Decenas de voces han criticado esta medida y han pedido no normalizar la situación de los presos políticos catalanes.

El primero en reaccionar ha sido el vicepresident del Govern, Oriol Junqueras, encarcelado desde el jueves pasado. A través de un mensaje en su cuenta de Twitter, ha dado ánimos a los miembros de la Mesa y les ha enviado un "abrazo inmenso". Más tarde, se ha añadido el presidente Carles Puigdemont. "Así es la democracia española", lamenta.

La presidenta de la AMI, Neus Lloveras, ha relacionado esta decisión a un "afán de humillar a las instituciones catalanas". Por su parte, Lluís Llach tildaba la decisión de "indignidad" y de "ofensa a todo el pueblo catalán".

Gabriela Serra y Albano-Dante Fachin han criticado el encarcelamiento de la presidenta del Parlament comparándolo con la libertad de la que gozan algunos de los implicados en el caso Gürtel y otros casos de corrupción relacionados con el PP.