Pedro Arriola, el sociólogo y asesor experto en encuestas que fue uno de los grandes referentes del Partido Popular durante los mandatos de José María Aznar y Mariano Rajoy, ha muerto este jueves a los 74 años de edad. Su relación con el Partido Popular incluía labores de análisis demoscópicos, de estrategia y de imagen, aunque también colaboró en otros asuntos, como el diálogo con la banda terrorista ETA. El sociólogo empezó a diseñar el rumbo del Partido Popular el año 1989 y llegó a ser el asesor más influyente del partido de Aznar. En 1998, fue uno de los representantes del Gobierno en las conversaciones con ETA, que en dos ocasiones intentó asesinar a su esposa y exministra de Sanidad, Celia Villalobos. También representó a Rajoy ante el Govern, el año 2014 y en las conversaciones en las que intentó buscar una salida previa a la consulta del 9-N.

Figura clave del PP

Arriola, que nació en Sevilla en 1948 y estudió Ciencias Económicas y Ciencias Políticas, empezó trabajando en la empresa privada como asesor de relaciones laborales hasta que en 1989 fue contratado por Aznar como asesor personal y lo seguiría haciendo cuando llegó al Palacio de La Moncloa en 1996, después de desbancar al gobierno socialista de Felipe González. Después, cuando Mariano Rajoy llegó al Gobierno en 2011, siguió contando con sus servicios y asesoramiento, sobre todo en materia demoscópica. Se convirtió en una figura clave en la estrategia electoral del Partido Popular, aunque dejó de trabajar para el PP con la llegada de Pablo Casado a la presidencia del Partido Popular. Para algunos analistas políticos Pedro Arriola fue el artífice que José María Aznar y Mariano Rajoy llegaran a la presidencia del Gobierno.

Entre 2004 y 2008 formó parte del Comité de Dirección del PP, y el extesorero del partido Luis Bárcenas le atribuyó un centenar de los pagos que reseñó en la supuesta contabilidad B de la formación. El sector más derechista del partido siempre le atribuyó a Arriola que el mensaje de los populares se acercara al centro y abandonara "las esencias" y "los principios" más conservadores y liberales que ahora dice defender Casado con el giro a la derecha que emprendió después de llegar a la presidencia de los populares. De hecho, el hoy líder del PP se desprendió de los servicios del sociólogo por antonomasia de su predecesor nada más tomar el mando del partido.

Derrota con el PSOE

Los contrarios a Arriola lo responsabilizaron de parte de la derrota electoral frente a José Luis Rodríguez Zapatero, debido, entre otras cosas, al hecho de que fue lo que preparó con Rajoy los debates televisados. Se jubiló en diciembre de 2019, a sus 71 años y después de 30 como asesor. "He llevado a Moncloa a dos políticos del PP", recordaba Arriola en su momento. En las tres décadas que trabajó como asesor de Aznar y de Rajoy, disfrutó de enorme influencia. Fue una institución en el partido y trabajaba personalmente para los presidentes y les llamaba "sus clientes". Su opinión era clave, se le consultaba para casi todo y se confiaba en él a ciegas. Su tarea durante la presidencia de Aznar se centró en analizar las encuestas y a partir de aquí proponer estrategias al partido. La "leyenda" de Arriola entre la familia popular creció al mismo tiempo que el PP empezó a acumular éxitos electorales. Se le atribuye la frase mítica que soltó Aznar en González en el tramo final de este como presidente del gobierno español: «¡Váyase, señor González!».