La moción de censura que Ciudadanos defenderá este lunes contra el president, Quim Torra, y con Lorena Roldán como candidata a la presidencia de la Generalitat no tiene ninguna posibilidad de prosperar, según se desprende de los posicionamientos que han adelantado los diferentes grupos de la Cámara. La iniciativa se convertirá en un simple movimiento de piezas de Ciudadanos sobre el tablero político que se prepara para la campaña de las elecciones generales, y a las cuales el partido de Albert Rivera, llega seriamente tocado según las encuestas. Con todo, la estrategia de la formación naranja tendrá un efecto colateral no deseado por el unionismo, dado que hará evidente su fragmentación en el pulso ante las fuerzas independentistas.

Cs registró el lunes en el Parlament la moción de censura, en medio de la polémica por la operación policial contra los CDR, y con el argumento de que "se han traspasado todas las líneas rojas y se ha puesto en riesgo la seguridad". Sólo los cuatro diputados del PP han anunciado que apoyarán a la candidatura de Roldán, lo cual suma 40 votos a favor de los 135 de la Cámara. El reglamento del Parlament establece que para tener éxito la moción de censura requiere el voto a favor de la mayoría absoluta del hemiciclo.

A pesar de ello, el pasado jueves, tras reunirse en el Parlament con el líder del PP catalán, Alejandro Rodríguez, Roldán insistía en situar la moción como una manera de visualizar la "unidad constitucionalista". La presión de Ciudadanos, sin embargo, no ha dado resultado. El PSC ha dejado claro que se abstendrá. De hecho, el presidente del grupo socialista, Miquel Iceta, ha denunciado lo que ha descrito como "interés electoralista" de la iniciativa de los diputados naranjas que, al fracasar no hará más que "consolidar" a Torra.

También los comunes han expresado su rechazo a la iniciativa que, según la líder del grupo, Jéssica Albiach, no es más que un acto de campaña y de gesticulación "que no va a ningún sitio", por lo cual los diputados morados no tienen ninguna intención de "entrar en el juego".

Desde el extremo opuesto del hemiciclo, también la CUP ha denunciado que se trata de una "maniobra electoralista" en la cual no tienen intención de entrar, a pesar de mostrarse críticos con "las políticas gubernamentales del actual gobierno de la Generalitat".

La moción llega además, en medio del tenso compás de espera para conocer las sentencias del Supremo contra los diez miembros del Govern y los líderes de la ANC y Òmnium juzgados para el referéndum del 1-O. La sentencia se puede hacer pública en cualquier momento. De hecho, según fuentes del Parlament, esta seria la razón por la cual en un primer momento se planteó la posibilidad de convocar el pleno el sábado, para garantizar que no se produjera esta coincidencia que, sin duda, dispararía la temperatura dentro -y fuera- del hemiciclo.

La de Roldán será la cuarta moción de censura que se debate en el Parlament. La primera la presentó Josep Benet contra Jordi Pujol en septiembre de 1982, en la primera legislatura. La segunda, también contra Pujol, la presentó Pasqual Maragall el 4 de octubre del 2001. La tercera, en marzo del 2005, la planteó Josep Piqué contra Pasqual Maragall y se retiró antes de la votación.

El Reglamento del Parlament deja claro que en caso de que una quinta parte de los diputados o dos grupos parlamentarios proponga una moción de censura, el presidente de la Cámara tiene obligación de convocar el pleno para debatirla en un plazo de cinco días.

El debate empieza con una intervención de 30 minutos del grupo que presenta la moción para defender la iniciativa. El Govern puede intervenir, si lo quiere, por espacio también de 30 minutos. Acto seguido llega el turno, sin límite de tiempo, de la candidata propuesta, Lorena Roldán, para exponer su programa de gobierno.

A continuación, después de una suspensión no superior a 24 horas, intervienen los grupos. La candidata, el president de la Generalitat y los miembros del Govern pueden intervenir siempre que lo pidan. Cuando lo hacen, abren turno para el resto de grupos.

Todo ello, comenzará en un pleno de la Cámara este lunes a las diez de la mañana.