El nuevo gobierno sueco ha nombrado a la ministra más joven de la UE, que es Romina Pourmokhtari, de 26 años. Será la nueva ministra de Clima y Medio Ambiente. Pourmokhtari nació en 1995 cerca de Estocolmo en una familia con orígenes en Azerbaiyán, y estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Uppsala. Entró en política el año 2016 cuando se incorporó a la Asociación de Jóvenes Liberales, y allí se especializó en cuestiones como la educación y la inmigración. En los inicios de su rápida carrera empezó como consejera política del Partido Liberal sueco en el Ayuntamiento de Estocolmo.

La nueva ministra siempre ha sido siempre crítica con el modelo socialdemócrata sueco, que ve burocrático y esclerótico, y ha defendido encarnizadamente una defensa de la libertad con sensibilidad social en el Partido Liberal, que en Suecia es social-liberal. Empezó a adquirir renombre a escala nacional, cuando se implicó en la lucha contra el cambio climático con una visión no del todo coincidente a la de la también sueca Greta Thunberg, y por el rechazo total a cualquier acercamiento político de los social-liberales a la extrema derecha. El nuevo gobierno sueco de Ulf Kristersson, que ha desplazado a la socialdemócrata Magdalena Andersson, ha sido escogido con el apoyo parlamentario de la extrema derecha, pero esta no ha entrado en el gobierno. Y Pourmokhtari ha aceptado finalmente esta situación. El gabinete está formado por 24 ministros, 13 hombres y 11 mujeres. Trece son del Partido Moderado (liberal-conservador), seis democristianos y cinco del Partido Liberal (social-liberales).

Romina
Romina Pourmokhtari, en un acto poco antes de ser ministra / Twitter

La nueva ministra tiene fijada a su perfil de Twitter una reflexión desconfiada respecto de determinados políticos. "No confíes nunca en los políticos que te quieren asustar a fin de que los obedezcas. Vota por lo que creas", afirma.

En las elecciones legislativas del pasado 11 de septiembre, los socialdemócratas mantuvieron la condición de fuerza más votada con el 30,3% de los votos, por delante de la extrema derecha (20,5%) y el Partido Moderado (19,1%). Pero eso no fue suficiente y el bloque de derechas se impuso con 176 escaños, tres más que el centroizquierda de Andersson. El líder liberal-conservador rompió el cordón sanitario con la ultraderecha y aceptó el apoyo externo de los ultras para formar un gobierno inédito en Suecia. La socialdemocracia sueca se hundió. "Recibimos un mandato del pueblo sueco el día de las elecciones y lo tomamos con la mayor seriedad. El cambio no es sólo necesario, también es posible. Los cuatro partidos podemos ofrecer este cambio", dijo Kristersson en rueda de prensa.

La que hasta hace pocas semanas era la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, presentó la dimisión justo conocerse los resultados de septiembre, y aunque el partido socialdemócrata había quedado primero, porque su bloque no era mayoritario.