El expresidente Artur Mas intenta que el PDeCAT no se presente a las elecciones en solitario, y que integre a algunos de sus dirigentes como independientes en la lista de JxCat. Tal como explica en una entrevista a la ACN, Mas trabaja como mediador para que la operación tenga el aval del presidente de Junts, Carles Puigdemont; de los presos Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull y Quim Forn; y del presidente del PDeCAT, David Bonvehí.

Asegura que no es una propuesta suya, pero Mas confía en que esta vía evite una ruptura de las partes, a pesar de admitir que "la situación es muy complicada de cara al acuerdo". Por otra parte, el expresidente cree que, si finalmente el PDeCAT se presenta en solitario a las elecciones, tiene que "reagrupar" personas que han abandonado el partido.

La vía del 21-D

Según Mas, tanto Lledoners como Waterloo ven bien esta opción como una "posible solución". Y considera que Bonvehí avalaría esta fórmula, a no ser que entienda que el PDeCAT "se diluye totalmente" a la lista de Junts. "Si se pactan las condiciones para no diluirse sino para integrar el partido en una candidatura más amplia, creo que como mínimo se contemplará", ha opinado. El 129º president de la Generalitat avisa, sin embargo, de que todo dependerá de la letra pequeña de la negociación, y añade que no se ha entrado a concretar tanto en las conversaciones, que todavía se mantienen abiertas.

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El exjefe del Govern constata que esta ya fue la vía escogida para las elecciones del 21 de diciembre de 2017, cuando Puigdemont y él mismo -con otras personas del entorno- diseñaron la primera lista de Junts per Catalunya, bajo el paraguas de una coalición entre PDeCAT y Convergència. "La fórmula está ensayada y funcionó, quedó primera entre las fuerzas soberanistas. No es la ideal, pero a veces no tienes que ir a buscar la perfección absoluta sino lo que es posible hacer, y signifique un acuerdo o un avance", ha reflexionado.

La propuesta incluso podría servir, según Mas, para acercar la creación de una sola formación política de cara al futuro. O, si no, limitarse a la próxima convocatoria electoral -que apunta a en febrero o marzo del 2021. Sea como sea, esta fórmula es "el resquicio que está abierta" para mantener vivas las conversaciones entre JxCat y el PDeCAT.

Rivalidad electoral

Mas también es partidario que, mientras haya conversaciones abiertas entre el PDeCAT y Junts, los diputados de Bonvehí se mantengan en el grupo de JxCat: "Hace falta la máxima unidad de criterio posible". Ahora bien, si se confirmara la ruptura de las negociaciones, el expresidente cree que será "necesario y esencial" que las dos formaciones "se definan ideológicamente". Llegados a este punto, los diputados del PDeCAT podrían salir del grupo de JxCat, sobre todo en el Congreso.

Así, en caso de ruptura, el PDeCAT se presentará en solitario y se enfrentará a Puigdemont: "Si hay separación habrá rivalidad electoral", subraya Mas, que espera que al menos la ruptura sea "amistosa" porque las dos formaciones "tendrán que seguir colaborando al futuro". ¿"Qué posibilidad de éxito tiene el soberanismo si, dentro se sienta, no se refuerza la unidad estratégica y de acción"?, se ha preguntado de forma retórica. Mas asegura que no participará de ningún acto de campaña con el PDeCAT si hay ruptura de las relaciones con Juntos.

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Todavía sobre las relaciones entre JxCat y el PDeCAT, Mas lamenta que sea cual sea la resolución judicial sobre el control de la marca de Junts per Catalunya, "se complicarán las cosas" si no hay un acuerdo. El expresidente del PDeCAT sostiene que el único escenario para no empeorar todavía más las relaciones es un acuerdo: "Y mi recomendación es que incluya la marca. Si hay acuerdo, quedará todo resuelto, marca incluida", ha apuntado. Este viernes se celebra la vista de las cautelares después de la denuncia interpuesta por el PDeCAT contra JxCat.

Govern en funciones

Por otra parte, Mas también ha valorado el peso que tendría que tener el vicepresident del Govern, Pere Aragonès, en caso de que tenga que asumir las funciones de la presidencia de la Generalitat si el Supremo acaba inhabilitando el jefe del ejecutivo, Quim Torra: "Aragonès se tendrá que limitar a cumplir con las prerrogativas que marca la ley catalana vigente, y no ir más allá".

Mas pide que, si en caso de inhabilitación, el Govern se organice y tome "todas las medidas necesarias de manera coordinada, convenida y acordada" para enviar un mensaje de tranquilidad a la sociedad: "Eso es inapelable y fundamental. No se puede derivar, de ninguna de las maneras, una menor atención a la ciudadanía en este momento de crisis y de miedo", ha justificado.