El expresident de la Generalitat Artur Mas ha reiterado este viernes por la mañana que CDC no adjudicó proyectos de obra pública a cambio de comisiones a través del Palau de la Música. Mas ha emplazado a la Fiscalía a analizar los contratos supuestamente ilegales para ver si realmente había algún tipo de trato de favor. "Saben que están bien hechas y por eso no las analizan", ha asegurado, aunque ha rechazado en un primer momento que detrás haya motivos ocultos.

Mas ha defendido que todos los convenios que había entre Convergència y el Palau eran legales, aunque estaban "en la línea de la moralidad". Por eso, según ha explicado en una entrevista en El Món a Rac1, cuando en julio del 2009 supo de su existencia, decidió devolver aquel dinero durante los siete años siguientes.

El expresident ha vuelto a "poner la mano en el fuego" por el extesorero del partido Daniel Osácar y el actual diputado y exconseller Germà Gordó. Todas las acusaciones que Millet y Montull están lanzando contra ellos durante las declaraciones del juicio del Palau de la Música cree que se deben a una estrategia de "sálvese quien pueda" e intentan "colgarle el muerto a otro" para evitar ir a la prisión.

Sin embargo, ha tomado distancia sobre la administración financiera del partido. "Yo me dedicaba a ganar elecciones, hacer discurso, ir al Parlament, pero no a la administración del partido", ha asegurado, aunque se ha responsabilizado de poner al frente de cada área "personas que pudieran hacer bien su trabajo". También ha destacado la independencia del PDeCAT del caso Palau: "El nuevo partido no tiene que dar ni una sola excusa al respecto, no tiene que tener sospecha al respecto".

Operación Catalunya con fondos reservados

Mas ha definido la Operación Catalunya como una "operación de difamación y calumnias para alterar los resultados de las elecciones en Catalunya, diseñada desde el Ministerio del Intertior y conocida por la Moncloa". Ha acusado sus autores de utilizar "métodos ilegales" para hacer "montajes asquerosos para presentarnos como unos corruptos". Lamentó que para crearlos además se pagara con fondos reservados a "confidentes para que mintieran".

El objetivo de esta operación era hacer que el proceso "perdiera fuerza y gas". "No lo puedo demostrar pero ellos tampoco pueden demostrar de lo que me acusan", reconoce Mas, que lamenta que este "delito" no sea investigado por la justicia.

Preguntado por qué no han salido acusaciones similares hacia ERC, Mas cree que se debe a que "ERC no da tanto miedo como Convergència". Pero ha recordado que, en medio de estos montajes, también se había intentado implicar al actual vicepresident, Oriol Junqueras.

No dejará la política

Mas ha descartado la opción de retirarse del mundo político, recordando que es "uno de los pocos políticos catalanes que ha dejado un montón de cosas" en referencia al paso al lado que lo dejó fuera de la presidencia de la Generalitat y del Parlament. "No sé qué obsesión hay de apartarme de la política", se ha quejado.

Se ha mostrado convencido de que su imagen no hace sombra a la renovación del partido, de CDC a PDeCAT, y ha reivindicado su cargo, ya que lo "han escogido" con un alto porcentaje de votos. "La política ha sido mi vida en los últimos 20 años", ha explicado, de manera que no prevé abandonar y aún menos "en medio del proceso soberanista".

En cuanto a una futura candidatura a la presidencia de la Generalitat, Mas no ha querido decir ni que sí ni que no y explica que "no lo tiene decidido". Eso sí, en caso de que Carles Pugidemont accediera a presentarse -cosa que ha rechazado reiteradamente-, Mas asegura que él "se autodescartaría automáticamente".

Cartas de Bassols

También se ha hablado de la supuesta carta enviada en el año 2010 por el delegado de Orpoler, Josep Manel Bassols, vinculado al caso del 3%, donde le reclamaba trabajo como recompensa por la dedicación al partido. El expresident asegura que se ha encontrado "un montón de veces" con situaciones parecidas y ha restado importancia a este caso en concreto.

En la misiva, Bassols pedía algún puesto en la administración pública para él y su mujer. Mas asegura que conoce a Bassols y su trayectoria política pero no la profesional. En cambio, sí que ha aceptado conocer a su mujer, Núria Bassols, que se encarga de los asuntos de transparencia dentro de la Generalitat y había llevado a cabo tareas importantes durante su presidencia.