El deep state ha maniobrado para que Margarita Robles no fuera la nueva ministra del Interior, y lo ha conseguido. Robles tenía que ir a Interior pero fue vetada para este cargo, porque durante la última etapa del gobierno de Felipe González fue secretaria de Estado de Interior e investigó las cloacas del Estado. Felipe González la escogió para cerrar la etapa de los GAL en pleno estallido de escándalos del PSOE. El resultado ha sido que el ministerio del Interior lo ha ocupado un exjuez con una trayectoria aceptada, Fernando Grande-Marlaska.

Tanto el diario Abc como El País dan detalles hoy de este veto a Margarita Robles. Según Abc, la llegada de Margarita Robles al ministerio del Interior era vista "con especial recelo en la Guardia Civil", heredado de su etapa de secretaria de Estado en la época de Juan Alberto Belloch. "En el instituto armado no se olvida que fue ella la que protegió a los responsables de la policía que investigaron el caso de Lasa y Zabala, un siniestro episodio de la guerra sucia contra ETA que acabó con las condenas del entonces general Enrique Rodríguez Galindo, del teniente coronel Angel Vaquero, del gobernador civil de Guipúzcoa Julen Elgorriaga i de Enrique Dorado y Felipe Bayo, los dos del instituto armado", añade.

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Según el Abc, aquella etapa fue "especialmente convulsa en Interior", con el gobierno de Felipe González acusado por los medios y un creciente malestar en la Policía española y la Guardia Civil, también porque se habían fusionado las carteras de Interior y Justicia. Ahora los dos cuerpos policiales temían que la fusión de ministerios se pudiera repetir.

El País añade que Robles fue "implacable" en la persecución de la guerra sucia. "Y aquella dureza, sobre todo con las denominadas cloacas del Estado, dejó secuelas. En Interior pesaba su pasado, y en Justicia, su enfrentamiento evidente, para empezar, con el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes".

En consecuencia, Pedro Sánchez ha acabado colocando a Robles en Defensa, un ministerio que cada vez tiene un perfil más técnico y profesional. Eso sí, el presidente español le ha cedido el CNI, que hasta ahora controlaba a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.