El centro de Madrid se ha ido tiñendo progresivamente de amarillo, el color de la libertad de los presos políticos, a medida que ha ido avanzando el sábado. Los primeros buses, los más madrugadores, han llegado a la capital española a media mañana. Al mediodía, después de horas en la carretera, ya han ido llegando prácticamente todos a la parada final. La extrema derecha ha sacado la cabeza, pero no se ha producido ningún incidente destacable. Tampoco de independentistas con vecinos de la ciudad, algunos de los cuales la organización ha conseguido implicar en la manifestación de esta tarde.

Este viernes fue autorizada una contramanifestación españolista para este sábado por la mañana, horas antes de la marcha republicana. Sin el apoyo de ningún partido, asociación o plataforma, tenía como objetivo recorrer la distancia entre la plaza de Callao y la Audiencia Nacional. Esperaban a unas mil personas, pero lo único que se ha visto por el centro de Madrid ha sido un fracaso estrepitoso.

Concretamente, no más de una quincena de manifestantes con un tambor que iba resonando y banderas españolas franquistas y también falangistas que han hecho ondear. Se han paseado por el lado del dispositivo de la manifestación independentista, ante la indiferencia de los peatones. Han proferido cánticos contra los partidos políticos "mayoritarios" y la "falta de independencia del poder judicial".

Estas circunstancias han distado mucho del desembarque independentista y republicano que ha ido viviendo Madrid a lo largo de la mañana de este sábado. Se han paseado por la capital española sin ningún incidente destacable, y se han dejado ver por lugares emblemáticos de la ciudad, como la Plaza Mayor o la fuente de Cibeles. Se espera que hacia las dos o tres del mediodía ya hayan llegado los más de 500 autocares, además de la decena de AVE llenos.

Desde la organización han trabajado codo con codo con decenas de entidades madrileñas en la manifestación, que contará con dos lemas: "La autodeterminación no es delito" y "Democracia es derecho a decidir". Aunque admiten que el periodo preelectoral no ayuda, sí que confían en que también se acerque alguien de Podemos, aunque no sean primeras espadas.

El Gobierno también ha querido evitar cualquier tipo de incidente. Por este motivo, el Ministerio del Interior destinará cerca de 300 agentes antidisturbios para garantizar en todo momento la seguridad ciudadana, que es el principal objetivo según señalan desde la Moncloa este sábado.

Los convocantes están convencidos de que podrán superar la manifestación de la derecha y la extrema derecha de Colón del pasado febrero. "Esperamos que nos hagan la mitad del caso que les hicieron a ellos", ha ironizado Marcel Mauri en relación al adelanto electoral de Pedro Sánchez.