Ha habido díscolos en el Congreso de los Diputados y también lo ha habido en el mismo Tribunal Constitucional. De acuerdo con lo que fija la ley, esta tarde se ha reunido el pleno gubernativo del TC para la verificación del cumplimiento de los requisitos exigidos para el nombramiento de magistrados. Y la mayoría ha considerado que Enrique Arnaldo, Concepción Espejel, Inmaculada Montalbán y Juan Ramón Sáez Valcárcel son el perfil idóneo. El acuerdo, sin embargo, se ha adoptado por nueve votos favorables y uno en contra. Se desconoce su identidad, al tratarse de una votación secreta, como la del Congreso. Todo lo que tiene que ver con estos nombramientos está rodeado por la polémica.

Ahora el acuerdo del pleno gubernativo del Tribunal Constitucional se trasladará, como es preceptivo, al Congreso de los Diputados, en la Casa Real, al Senado, al Gobierno y al Consejo General del Poder Judicial. Está previsto que la semana que viene juren o prometan su cargo ante el rey Felipe VI.

La situación vivida en el mismo tribunal no dista mucho de la vivida horas antes en el Congreso de los Diputados. La votación ha sido secreta y telemática. Necesitaban 210 votos y el PSOE, el PP y Unidas Podemos suman 243. El nombre del magistrado del TC Enrique Arnaldo ha contado con once votos menos de los previstos (232), mientras el de Concepción Espejel con seis menos (237), que no les han votado. Algunos grupos pequeños han votado en blanco. En cambio, los independentistas y nacionalistas directamente han optado por no participar de la votación, porque no tenían la opción de votar en contra. Han secundado la acción ERC, Junts, el PDeCAT, la CUP, el PNV, EH Bildu y el BNG, que desde dentro y fuera del hemiciclo han denunciado la "farsa". En total 100 diputados no han votado.

Perfiles polémicos

El debate y la polémica han girado sobre todo en torno a la figura d Enrique Arnaldo, letrado de las Cortes y ahora magistrado del Tribunal Constitucional. Le persigue la sospecha de falta de parcialidad. Entre otras cosas, se ha pronunciado contra el independentismo en artículos en prensa o ha participado durante años en actos de la FAES, la fundación presidida por José María Aznar. También le persiguen los conflictos de intereses. Incumplió el propio Estatuto del Congreso de los Diputados, cuando cobró como asesor del gobierno balear de Jaume Matas, del PP, al mismo tiempo que ejercía de coordinador jurídico en varias comisiones de la cámara baja. También su despacho de abogados facturó trabajos a administraciones gobernadas por los populares.

Pero también es polémico el otro nombre propuesto por el PP, Concepción Espejel, aunque la atención mediática se la hayan llevado los escándalos revelados sobre Arnaldo. Hasta ahora era presidenta de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional y también tiene varias manchas en su historial. En primer lugar, su relación próxima a Maria Dolores de Cospedal, que ella niega pero que hizo que en 2015 se la apartara del juicio de la trama Gürtel. La magistrada desmiente que se la arrinconara por proximidad al PP. Espejel también destaca por su voto particular a la sentencia que absolvió al major Trapero y la cúpula de los Mossos por el 1-O. Les quería condenar.