No hay día en que JxCat y ERC no se peleen por alguna polémica. Uno de los ejemplos de este martes han sido los reproches que ha mostrado el jurista y escritor Hèctor López Bofill por el nombramiento del hijo de la alcaldesa de Sant Cugat, Mireia Ingla.

Bofill, que actualmente es concejal de JxCat en Altafulla (Tarragonès), ha adjuntado en un tuit el documento de la designación de Ignasi Subirà i Ingla como delegado adjunto del Govern ante la UE y le ha preguntado a la alcaldesa republicana si era su hijo. "¿Esta es vuestra moralidad?", ha cuestionado.

De hecho, el reproche de López Bofill es la continuación de una disputa iniciada a raíz de la condena del exalcalde republicano de la Bisbal del Penedès Josep Maria Puigibet a cuatro años de inhabilitación por un delito de prevaricación administrativa.

"Ahora en ERC ya no podrán decir más aquello de 89 años sin ningún caso de corrupción. Al menos nos podremos ahorrar los discursitos de falso supremacismo moral", lanzó ayer el jurista.

La respuesta por parte de Ingla no se hizo esperar: "Entiendo las ganas que tienen algunas personas del entorno convergente, o convergentes directamente, de diluir una historia demasiado manchada de corrupción con hechos donde no hay ni un euro por el medio". "Pero la gente de ERC os llevamos una ventaja de 89 años y sumando. Así no iremos a ningún sitio. ¡Sabe mal!", ha sacado pecho.

Esta pelea, sin embargo, no ha sido la única que han protagonizado hoy mismo ERC y JxCat. Los portavoces republicanos en el Parlament y en el Congreso, Sergi Sabrià y Gabriel Rufián, han criticado duramente el ascenso que otorgó hace tres meses la conselleria de Interior, encabezada por Miquel Buch (JxCat), a Jordi Arasa, condenado hoy a dos años y cuatro meses de prisión por dos delitos de lesiones en el marco del operativo contra el 15-M.