El secretario general de PSOE, Pedro Sánchez, ha visto cuestionado su rechazo a pactar con Podemos para concurrir en listas conjuntas en el Senado para el 26-J, como proponía la formación morada, y él había negado con un "no gracias, nosotros tenemos un proyecto autónomo". El Partido Socialista de la Comunidad Valenciana (PSPV) había acordado el martes iniciar negociaciones con Compromís y Podemos para formar una lista única en la Cámara Alta, desencadenando la llamada inmediata y el enfado del secretario general. 

La llamada habría sido de tono elevado, en un intento de Sánchez de imponer el poder que le otorga regentar la dirección del partido. Muestra son las acciones de retroceso que emprendió la federación valenciana durante las horas posteriores a la discusión, cerrando filas últimas de las órdenes emanadas des de Madrid

La reunión prevista la tarde del miércoles en Valencia entre los dirigentes de las tres formaciones, que tenía como objetivo negociar la lista, quedó suspendida por la noche. Ferraz tenía miedo de que la situación se le pudiera ir de las manos. Los contactos se mantendrán, pero el líder del PSPV, Ximo Puig, prefiere guardar las apariencias y normalidad, después de mantener el pulso durante unas horas con Sánchez, asegurando que él no plantea ningún "desafío", ni quiere hacer "una rebelión" contra de las directrices de la ejecutiva federal.

Sin embargo, la acción pone en evidencia el cuestionamiento hacia el liderazgo y las decisiones del líder socialista, en el intento de huir de acuerdos electorales con los podemitas, a la vez que le complica el relato a nivel estatal. El rechazo a Podemos no casa con el discurso de sumar las "fuerzas del cambio para desalojar el PP" a que apela Ferraz, y Puig había subrayado que la alianza con Compromiso y Podemos tenía como objetivo dar visibilidad a los problemas de los valencianos. 

Sánchez parece dispuesto a establecer uno dique de contención al avance de la formación morada. A opinión del dirigente socialista, no habría "problema" si el PSPV-PSOE hiciera una lista conjunta sólo con Compromís, ya que es su socio de gobierno en la comunidad, pero no con Podemos, que sólo da apoyo externo al ejecutivo que lideran Monte y Mónica Oltra.

En este sentido, los vetos en los podemitas basculan sobre la contradicción. Primero, se afirmaba que Iglesias no era "de confianza", y por este motivo sólo era posible llegar a un entendimiento a nivel estatal, a la vez que sí en las autonomías y los ayuntamientos. Ahora, está en estas regiones donde se recupera la idea que es contradictorio pactar con un partido que defiende el referéndum en Catalunya, hacia otro "autónomo, con vocación de mayoría, de izquierdas y moderado" en palabras del portavoz en el Senado, Óscar López.

'Manu militari' y aliados

Lejos de la sublevación de Puig, en Ferraz ya dan el tema por cerrado, apelando al poder del comité federal que se celebrará este sábado. Los socialistas han recordado quién manda, es decir, este órgano, y cualquier alianza en un territorio tiene que ser ratificada por él, una vez que lo examine la Comisión Federal de Listas el día antes. Monte cede, y acepta que la Ejecutiva Federal "tiene' legitimidad para decidir" y asegura que desde su federación no se hará nada que no cuente con el beneplácito de Ferraz.

Las horas de tensión vivida le han hecho encogerse, aunque no quiere desfallecer en el intento de salirse con la suya, y cree que todavía hay margen para seguir dialogando con Madrid para explorar "si hay alguna posibilidad de acuerdo". Pero todo apunta que esta esperanza no durará demasiado, ahora que el secretario general del PSPV de Valencia, José Luis Ábalos, se haya mostrado contrario a las listas con el partido de Pablo Iglesias. Tampoco contará con aliados en Aragón, donde tenía esperanza de encontrar otra federación díscola.

Cerrar filas

Sánchez sabe que el reglamento del PSOE le juega a favor, pero no quiere que la división interna lo perjudique en la campaña para el 26-J, motivo por que emplaza los suyos a cerrar filas. López ha intentado quitar hierro al desencuentro entre Sánchez y Puig: "No hay un choque. Es el funcionamiento normal del partido. Hay una propuesta y la decisión la tienen que tomar los órganos federales". A la controversia ha intervenido la presidenta andaluza, a Susana Díaz, quien se ha mostrado convencida de que "no hay rebeliones" al PSOE. 

Argumentos que decaen

Los argumentos del "proyecto autónomo" y el de no pactar con las fuerzas que quieren "romper España" decaen con la experiencia empírica. Primero, el exdirigente del PSOE, Joquín Almunia, ya había firmado un acuerdo como la que propone Podemos con el líder d'IU, Francisco Frutos, el año 2000 y segundo, porque el PSC lo había hecho los años 2000, 2004 y 2008 con ICV-EUiA y con ERC. Era la llamada Entesa Catalana de Progrés.