Sin grandes cambios pero bien pensados. Esta frase resume la filosofía del equipo de campaña de Ciudadanos y la estrategia de cara al 26-J. El líder del partido, Albert Rivera, ha aprovechado la celebración del consejo general, este sábado en Barcelona, para asegurar que si su partido es "decisivo" después del 26 de junio "habrá gobierno" y ha apelado a dar un "empujoncito" en las urnas a Ciudadanos para sacar a España del "callejón sin salida" en el que se encuentra.

Un 10% descontento con el pacto con el PSOE

El equipo de campaña de Ciudadanos estima que sólo un 10% de los electores que les votaron en diciembre están descontentos con el acuerdo de gobernabilidad con el PSOE. Según el último estudio postelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), casi el 80% de los que votaron el partido de Albert Rivera repetirían.   

Este es uno de los datos que los estrategas tienen en cuenta a la hora de diseñar la próxima campaña electoral que, oficialmente, arrancará el próximo 16 de junio, pero que oficiosamente ya ha empezado.

Insistir en la centralidad

El objetivo de Ciudadanos es doble: ser decisivos después del 26-J y consolidar los 3,5 millones de votos que recibieron el 20-D y que se tradujeron en 40 escaños en el Congreso. El partido jugará al máximo la carta de la centralidad y dibujará un PP corrupto y anclado en la vieja política y una alianza rancia de izquierdas radical, representada por Unidos Podemos.    

Fuentes de la formación, apuntan que ya han demostrado que tienen personalidad propia y que no son “la muleta del PP”. En este sentido, están convencidos de que habrá que pactar y alargan la mano a “izquierda y derecha”.

Consolidar y arañar votos

El líder de Ciudadanos ha asegurado en varias ocasiones que su formación es el "partido de la clase media" y que es la "opción de cambio de los moderados" en estas elecciones, y ha llamado a superar los "bandos", porque es posible "un cambio sin rojos ni azules". Durante la campaña, Ciudadanos buscará consolidar estos 3,5 millones de votos del 20-D y conseguir arañar votos a PP, PSOE y Podemos.

Por ejemplo, serán más críticos con el gobierno de Rajoy y sus políticas; introducirán pequeñas modificaciones en el programa electoral y darán más protagonismo a las propuestas económicas con el máximo responsable de la materia, Luis Garicano, en la calle.

Más proximidad y calle

Además, aprovechando que los candidatos provinciales están más rodados, harán una campaña más local con acciones propias en cada comunidad autónoma.

En el caso de Catalunya, por ejemplo, intensificarán los actos de campaña en zonas como el distrito barcelonés de Nou Barris donde la torna con la izquierda alternativa está bien viva. También intentarán seducir a los electores más jóvenes que se sienten distanciados de PP y PSOE. Por eso insistirán en marcar distancias con Podemos, buscando el perfil de joven comprometido con el cambio pero “desde la moderación”.

Unidos Podemos

En las últimas intervenciones de los diferentes portavoces de Ciudadanos, han dejado claro que no permitirán que "el populismo" llegue al gobierno de España y se han desmarcado de las opciones que plantean "hoces y martillos".

Un ataque que será constante durante los próximos meses, criticando un programa que definen como la antítesis al suyo.

Un PP sin Rajoy

Ciudadanos insistirá en describir al PP como un partido dirigido por un equipo manchado por la corrupción. Esta semana mismo, Albert Rivera volvía a supeditar un posible acuerdo de gobierno con el PP, a la cabeza de Mariano Rajoy

PSOE, ¿pacto de ‘no agresión’?

Que habrá riña con el PP y Podemos está claro. La duda, ahora mismo, es si el pacto de gobernabilidad frustrado entre PSOE y Ciudadanos ha derivado en un pacto de no agresión implícito durante esta campaña.

El secretario general del PSOE y candidato a las elecciones, Pedro Sánchez, describía esta misma semana al partido de Albert Rivera como “la derecha renovada con la que se puede hablar y pactar” y, el hecho, es que no es tan complaciente ni con el PP ni con Unidos Podemos.