Nuevo paso en la defensa del voto de Lluís Puig, que a estas alturas todavía no se sabe si será efectivo o no en el pleno que ha empezado este miércoles, después de que el Tribunal Constitucional decidiera anular su delegación de voto y que la mayoría independentista del Parlament haya decidido blindarlo. El Pleno ha empezado con la amenaza del PSC, Vox, Cs y PP, que han registrado cuatro peticiones de reconsideración en la Mesa, exigiendo que se retire la delegación de voto de Lluís Puig, cosa que el órgano rector ha descartado. Después de la sesión de control al Govern se ha convocado la Mesa y la Junta de Portavoces y ha sido cuando ERC, Junts y la CUP han acordado rechazar las cuatro peticiones de reconsideración, por lo cual a estas alturas la delegación de voto es vigente, y Vox ya ha avisado de que se querellará contra los miembros de la Mesa por desobediencia.

La mayoría independentista de la Mesa prevé asumir las consecuencias de mantener la delegación de voto a Lluís Puig, pero todavía es una incógnita si el voto del exconseller contará a todos los efectos. Fuentes parlamentarias han explicado que la Mesa del Parlament ha dado instrucciones al departamento de audiovisuales -encargado de registrar el voto electrónico de todos los diputados- para que aparezcan electrónicamente todos los votos delegados excepto el de Puig, un mecanismo que aseguran que han hecho para proteger a los funcionarios. Otras fuentes han detallado que será Laura Borràs quien explicará verbalmente en el hemiciclo el acuerdo al cual ha llegado la Mesa para que se lleve a cabo la votación y se contabilice el voto del exconseller exiliado.

 

A instancias de un recurso del PSC, el TC anuló el acuerdo del 25 de marzo del año pasado de la Mesa que admitía la solicitud de Puig para delegar su voto. También anuló el acuerdo de la Mesa del día siguiente que confirmaba la delegación de voto. Pero este acuerdo no es el que ahora hay vigente. La delegación de voto de Puig recaía en Gemma Geis, que dejó el escaño una vez fue nombrada consellera de Universidades. Entonces, la delegación pasó a manos de la portavoz de JxCat, Mònica Sales. A pesar de eso, el TC notificó el martes a la Mesa del Parlament que anulaba la delegación de voto de Puig y entonces ERC, Junts y la CUP acordaron en una maratoniana reunión que se llevó a cabo la mañana y la tarde que mantendrían su voto, en un plan lleno de incertidumbres. A pesar de no tener una hoja de ruta clara sobre cómo mantener su voto, el diputado Lluís Puig celebró martes por la noche el frente común del independentismo para aceptar las consecuencias jurídicas y políticas de esta decisión.