Laura Borràs no ha podido ni acabar su intervención. A primera hora, el diputado de Vox Juan Garriga ya ha interrumpido a la presidenta del Parlament para preguntarle qué votos delegados hay durante este pleno del Parlament que se ha iniciado este miércoles. La pregunta de Vox no es casual: los ultras querían saber si se mantenía o no la delegación de voto del exconseller y diputado Lluís Puig, exiliado por el 1-O, y Borràs ha asegurado que sí, después de que este martes la mayoría independentista de la Mesa del Parlament decidiera preservar su voto a pesar de la decisión del Tribunal Constitucional de anulárselo a raíz de un recurso del PSC. "Les comunico que hay cuatro diputados que han delegado el voto para la sesión plenaria, incluido el voto delegado del diputado Lluís Puig", ha dicho Borràs en su intervención.

 

Acto seguido, tanto Ciudadanos como Vox han iniciado los reproches. Nacho Martín, del partido naranja, ha pedido conocer la opinión de los letrados del Parlament ante una "nueva desobediencia al TC", y para hacerlo ha pedido suspender el pleno y revisar este "ataque al estado de derecho y la democracia". La presidenta de la cámara ha contestado que el martes ya se informaron sobre los riesgos legales de mantener el voto a Lluís Puig y ha recordado que a pesar de eso, el acuerdo es mantenerlo. Después ha sido Vox quien ha anunciado en el pleno que su grupo ha presentado una petición de reconsideración para que la Mesa revise la decisión de mantener el voto delegado, una petición que también han registrado PSC, Ciutandans y PP. Los socialistas han confirmado su paso más tarde que las tres formaciones de la derecha. Fue el PSC quien presentó el recurso contra la delegación de voto de Puig que después el TC aceptó.

Después de estas tres peticiones, la Mesa se tendrá que reunir para evaluar la petición de reconsideración, un paso que se tiene que dar siempre que un grupo parlamentario pide que la Mesa reconsidere una decisión. Borràs ha explicado que llevarán a cabo esta reunión una vez acabada la sesión de control al Govern que se está celebrando a primera hora de la mañana. La derecha vuelve a amenazar así los partidos independentistas, y los ultras incluso han avisado de que si se mantiene el voto delegado, se querellarán contra los miembros de la Mesa por desobediencia.

El TC notificó el martes a la Mesa del Parlament que anulaba la delegación de voto de Puig. ERC, Junts y la CUP acordaron en una maratoniana reunión que se llevó a cabo la mañana y la tarde que mantendrían su voto, en un plan lleno de incertidumbres. A pesar de no tener una hoja de ruta clara sobre cómo mantener su voto, el diputado Lluís Puig celebró el martes por la noche el frente común del independentismo para aceptar las consecuencias jurídicas y políticas de esta decisión.