El polémico comisario jubilado del Cuerpo Nacional de Policía José Manuel Villarejo es una caja de sorpresas. A su condición de miembro confeso de la llamada Operación Catalunya y teórico conocedor de múltiples asuntos turbios que pueden comprometer a altas autoridades del Estado -se lo ha relacionado con el affaire de la relación entre el rey Juan Carlos I y la modelo Bárbara Rey-, se suma la de presunto jefe de un imperio económico y empresarial. El entramado administrado por Villarejo incluiría a una treintena de sociedades, con un capital de 25 millones de euros. Además, es propietario de 92 inmuebles, la mayoría de ellos en Madrid y Andalucía, según ha revelado el diario Publico.

Villarejo ingresó en la policía española a principios de los años setenta. Pero su fortuna, acumulada mientras realizaba "operaciones especiales" surge de la nada cuando crea en 1989 Financiera Omerán y Financiera Uruplan, en Uruguay, que en aquella época era un paraíso fiscal, con fondos de origen desconocido. Así figura en un informe en manos de la Fiscalía de Madrid y que fue elaborado por la Unidad de Asuntos internos de la Policía.

En la actualidad, según el informe, al frente del imperio económico que ha ido construyendo está toda la familia del policía, principalmente su hijo José Manuel y el abogado Rafael Redondo, a los que ha otorgado poderes para operar con las cuentas que tiene en el Reino Unido y Suiza. De las diversas sociedades también han formado o forman parte su esposa, Gemma Alcalá Garcés y sus hijas.

Villarejo está imputado en la causa sobre el Pequeño Nicolás y ha ido haciendo cambios en el accionariado de las empresas en función de las revelaciones que han ido apareciendo relacionadas con este asunto. Según algunos medios, el miedo a quedar acosado en este juicio ha hecho que haya amenazado con publicar información confidencial que ha ido acumulando durante años no se sabe demasiado bien si a partir de sus investigaciones como policía o como detective privado, dado que ha simultaneado ambas dedicaciones.

El imperio de la Torre Picasso

Villarejo está al frente de la empresa Cenyt Consultoria Organizacional, con sede en la madrileña Torre Picasso. Desde Cenyt Consultoria, Villarejo ha realizado operaciones en Uruguay, los Estados Unidos y Panamá y ha creado una sociedad en Delaware aprovechando un sistema impositivo equivalente en el de un paraíso fiscal.

Cenyt Consultoria es el epicentro de una trama financiera de la que dependen despachos de abogados y agencias de detectives. El comisario ha compaginado las actividades oficiales con las privadas y, en su día, el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, consideró que las dos dedicaciones eran compatibles.

Fernández y De Alfonso

En julio del año pasado, Villarejo declaró ante el juez instructor del llamado caso Nicolay -una pieza separada del sumario del Pequeño Nicolás- que hasta el 2012 trabajó de manera intensa con el exjefe de la Unidad de Asuntos Internos Marcelino Martín Blas en la llamada Operación Catalunya para frenar el proceso independentista. Este dato se conoció poco tiempo después de que trascendieran las conversaciones entre el ministro Jorge Fernández y el entonces jefe de la Oficina Antifraude de Catalunya (OAC), Daniel de Alfonso para fabricar pruebas contra los líderes independentistas.

Jordi Pujol junior

Villarejo también está relacionado con el caso Pujol. En concreto, intervino en la investigación sobre Jordi Pujol Ferrusola y se le atribuyen negociaciones con Maria Victòria Àlvarez, expareja del primogénito del expresidente de la Generalitat para que declarara en la Audiencia Nacional en Madrid. Álvarez habría declarado delante de la UDEF (Unidad deDelictes Económicos y Fiscales de la Policía) acompañado del citado Rafael Redondo, abogado y socio de Villarejo en la mayoría de los negocios que regenta.