La derecha lo tiene claro. Los presupuestos del Gobierno no son bonos por Catalunya y por eso han presentado tres enmiendas a la totalidad. Durante sus intervenciones hoy al pleno del Parlamento, tan Ciudadanos como el Partido Popular han coincidido que son nefastos para los ciudadanos, que harán de Catalunya un "infierno fiscal" y que están enfocados al control social.

El que más énfasis le ha puesto en este último punto ha sido Alejandro Fernández, portavoz del PP en la cámara catalana. Concretamente, ha dicho que el Gobierno ha aumentado las partidas para controlar a la sociedad a través de propagada. Una propagada que se ve de dos maneras, en primer lugar, aumentando las subvenciones a los medios de comunicación y aumentado el presupuesto de los medios pública, es decir Catalunya Radio y TV3. La segunda manera, según el líder popular en Catalunya es con la propaganda exterior que hace el Gobierno cuando sale al exterior, sea con viajes oficiales o con las delegaciones.

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Sergi Alcàzar

Al fin y al cabo, según Fernández, llevan a unos presupuestos enfocados al processisme, que no quiere decir que busquen la independencia, sino que su objetivo es mantener el control social en Catalunya. Para acabar de redondear su discurso ha asegurado que como más presupuesto destina Catalunya a la Conselleria de Exteriors menos inversiones llegan y que como|cuanto más delegaciones se abren más empresas se marchan.

En esta línea, el portavoz de Ciudadanos, Nacho Martín Blanco, ha asegurado que lo que Catalunya necesita no son "populismos de escaparate" sino políticas de crecimiento económico y consolidar los pilares del Estado del bienestar y, en un ataque de socialdemocracia, ha lanzado que solo faltaría que 3 de cada 4 euros fueran destinados a políticas sociales. Además, ha lamentado que estas cuentas se hayan hecho con el único objetivo de contentar a la CUP, asegurando que se podrían hacer cosas bastante mejores.

Infierno fiscal

Otro de los puntos estrella de los partidos de derechas ha sido cargar duramente contra la política fiscal del Gobierno y contra los impuestos propios de la Generalitat. Martín Blanco, de hecho, ha cargado contra el Gobierno asegurando que los ciudadanos no queremos tener que soportar la fiscalidad más alta de todo el Estado y ha pedido hacer un referéndum sobre este asunto. Siguiendo con esta línea, ha sentenciado que la Generalitat aplica una "política extractiva" para mantener un laberinto administrativo que empobrece a los ciudadanos y genera una pérdida de competitividad en el territorio.

Fernández, por su parte, ha asegurado que la llegada de los fondos europeos tendría que haber servido para bajar los impuestos y la presión fiscal, no para poner todavía más impuestos, pero que lamentablemente, ha comentado, muy pronto la expresión "infierno fiscal" quedará corta para Catalunya. Al mismo tiempo, ha reclamado que Catalunya necesita más políticas de empleo en lugar de altos cargos y asesores escogidos en dedo.

Vox y los presupuestos del sectarismo

Por su parte, la extrema derecha ha ido por una vía completamente diferente del resto. El encargado de defensa la enmienda a la totalidad de Vox ha sido Antonio Gallego, que ha llegado a decir que "la mediocridad, el sectarismo, el gasto sin control, la traición a España y la irresponsabilidad" son los principales ingredientes de la confección de estas nuevas cuentas para Catalunya, unos presupuestos, en definitiva, cargadas de "propaganda e ilusionismo".

En todo eso, Gallego ha añadido que los presupuestos son "la plasmación económica de un proyecto político sin rumbo" y ha cargado contra el lema independentista que reclama la amnistía para los presos del procés y un referéndum acordado.