"Alzaremos las barricadas que hagan falta en defensa de la educación pública". Con esta contundencia la diputada de la CUP, Anna Gabriel, dejó bien claro hace unas semanas en sede parlamentaria, días antes del rechazo de los presupuestos de la Generalitat, que la formación anticapitalista sería un muro en la defensa de la educación. Un mensaje que transmitió directamente a la consellera de Educación, Meritxell Ruiz, durante una interpelación al Govern sobre democracia e Iniciativas Legislativas Populares, la cual se convirtió en aquel momento en una muestra de músculo ideológico, dado que en el anterior pleno JxSí y el PP evitaron el debate sobre la ILP de Educación. De hecho, por eso la cupaire se preguntaba si "esta legislatura no será de transición hacia la muerte de la escuela pública".

No obstante, la CUP está decidida a no enterrar este debate que, sin duda, se ha convertido en uno de los escollos de la legislatura, tanto con respecto a la relación entre los cupaires y los juntaires, como en el seno de la coalición independentista de CDC y ERC, en parte para cuestiones como las escuelas que segregan por sexo. Pues bien, la izquierda anticapitalista vuelve a recuperar el debate de la educación en el Parlament. Lo hace esta misma semana con una moción que nace de la interpelación anterior, en la cual se pide instar al Govern de la Generalitat a presentar un proyecto de ley que recoja el contenido material de la proposición de ley del sistema educativo de Catalunya, rechazado por las enmiendas a la totalidad de los grupos parlamentarios de JxSí y el PP en el pleno del 18 de mayo del 2016. 

Aquel día, juntaires y populares rechazaron en el primer asalto la propuesta ciudadana (ILP) que apostaba por renovar la ley de educación y redirigir el modelo de enseñanza de Catalunya hacia una educación pública "de calidad, en catalán, gratuita y universal". Ambas formaciones presentaron enmiendas a la totalidad e impidieron que la propuesta, con el apoyo de 95.000 firmas ciudadanas, continuara su trámite parlamentario y se debatiera en el Parlament.

Los primeros apelaron a su programa electoral, que promete no derogar la ley de educación de Catalunya (LEC), sino desarrollarla, para justificar su enmienda y los populares argumentaron que la ILP era incompatible con el marco jurídico catalán, español y europeo. Un bloqueo que molestó especialmente a los cupaires, los cuales siempre han defendido que hay que plantear una nueva ley educativa, y más de cara a la consolidación de la República catalana. Sin embargo, el Govern ahora mismo no tiene ninguna intención de modificar la LEC, ni ponerse a trabajar para un nuevo texto. 

ILP

En esta moción, la CUP también reclama que la cámara catalana se comprometa a estudiar la tramitación de la modificación legislativa de la figura de la ILP, a fin de que las proposiciones de ley admitidas a trámite no puedan ser enmendadas en su totalidad, y puedan abrir, de forma automática, ponencia de ley. Al fin y al cabo, que como mínimo puedan ser discutidas y, en última instancia, aprobadas. Los cupaires defienden en el preámbulo del texto que la iniciativa legislativa popular es un valor añadido al sistema de democracia parlamentaria, ya que la complementa y la hace más rica, puesto que permite que determinadas demandas sociales que, por las razones que sea, no quedan recogidas en la agenda política puedan llegar al Parlament.