Un técnico corría de punta a punta del Parlament poco después de las nueve de la mañana, de los despachos de JxCat y ERC al ala derecha del edificio, hacia los de la CUP, justo en el extremo opuesto. Bajo el brazo llevaba el documento que los tres partidos han acabado consensuando, tras de una semana horribilis de desavenencias y luchas internas entre independentistas. El texto, al que ha tenido acceso ElNacional.cat vuelve a referirse al derecho de autodeterminación. Un desafío al TC en toda regla

Pasadas las diez, los grupos independentistas han entrado al registro la propuesta, que ha podido entrar en la reunión de la Mesa de esta mañana. Se ha admitido a trámite contra el criterio de Cs y del PSC y con el aviso de los letrados de que el punto 11 es contrario a las advertencias del Tribunal Constitucional. La propuesta se ha entrado por la via ordinaria, por lo tanto, salvo canvios de última hora, no se votará en el pleno de este miércoles sino en el próximo, que es ya tras las elecciones del 10-N. 

La primera referencia a la autodeterminación no lo hace propiamente para reivindicar este derecho en si mismo, sino el derecho de los diputados "a poder debatir sobre los asuntos que interesan a la ciudadanía, incluidos el derecho a la autodeterminación, la monarquía o la soberanía", conceptos todos ellos suspendidos por el TC. Es más adelante que deja claro que "considera que ante las coacciones para intentar limitar los temas de debate del Parlament, no queda otra opción que defender el derecho a la representación y a la libertad de expresión de los diputados. Por ello, reitera y reiterará tantas veces como quieran los diputados la reprovación de la monarquía, la defensa del derecho de autodeterminación y la reivinidcación de la soberanía"Éste es el punto espinoso. 

La propuesta comienza expresando el "rechazo a la sentencia", exigiendo la libertad de los presos y el retorno de los exiliados y denunciando una "deriva autoritaria del Estado que afecta no solo a los independentistas". Asimismo, remarca el "carácter estrictamente cívico y no violento del movimiento independentista". También lamenta que el Estado "está imponiendo la criminalización generalizada de la disidencia política". 

El lunes por la noche, el acuerdo estaba ya prácticamente terminado, pero nadie se atrevía a dar nada por hecho, teniendo en cuenta cuán delicada es la unidad entre todos ellos. Finalmente, el acuerdo ha sido posible. Las negociaciones han sido difíciles por varios factores. Uno de los principales, el debate sobre si poner o no en riesgo la figura del presidente del Parlament, de los miembros de la Mesa y del propio Govern, todos ellos advertidos por el Tribunal Constitucional sobre posibles consecuencias penales si no detienen cualquier iniciativa que se adentre por el camino de la desobediencia.

Los comunes quedan al margen

Finalmente, a pesar de que la idea inicial era conseguir llevar a votación una propuesta que fuera más allá del independentismo y pudiese incorporar a los comunes, los de Colau han quedado al margen. 

Habrá que ver si durante la negociación durante el periodo de enmiendas se acaban sumando. 

La semana 'horribilis'

Tampoco ha facilitado las cosas el malestar generado a raíz del anuncio que el president Quim Torra hizo durante el pleno de la semana pasada, que debía servir para hacer pública una respuesta unitaria a la sentencia y que terminó siendo justo lo contrario. 

Torra sorprendió a ERC y la CUP, pero también a sus propios cuadros de Junts per Catalunya, con una propuesta unilateral y no comunicada anteriormente en que apostaba por ejercer la autodeterminación y validar la independencia antes de que termine la legislatura. Nadie le recogió el guante, disconformes con la fijación de unos plazos que a lo largo del procés nunca se han podido cumplir. 

Sea como fuere, el president hizo saber a través de su gabinete, que las tres opciones que contempla para poder decidir sobre la independencia son: un referéndum acordado –más que impensable  a día de hoy–, un referéndum unilateral –que nadie ve claro– o unas elecciones plebiscitarias –que sería la opción con más números.