El juzgado de vigilancia penitenciaria número 5 ha ratificado la aplicación del artículo 100.2 en Oriol Junqueras, Josep Rull y Jordi Turull en respuesta a los recursos en contra presentados por la Fiscalía que se opone a que los tres puedan salir de la prisión para trabajar. La titular del juzgado constata en sus escritos que lo que el ministerio fiscal "no consiguió que se admitiera en la sentencia condenatoria se intenta conseguir ahora en fase penitenciaria manteniendo una oposición férrea en todo aquello que suponga facilitar salidas del centro penitenciario".

La jueza remarca a sus escritos que los internos reconocen los hechos por los cuales han sido condenados y asumen la responsabilidad de sus acciones, a pesar de no compartir la calificación jurídica. También subraya que sus pensamientos son legítimos, que no pueden hacer un programa para cambiar su ideología, y niega que el 100.2 sea un grado intermedio entre el segundo y el tercero.

Ningún programa de tratamiento

Después de recordar que el Tribunal Supremo desestimó de forma expresa la petición de la fiscalía de poner límites temporales en el tercer grado o limitar el itinerario penitenciario de los condenados, la jueza remarca que todos ellos han colaborado en todas las actividades, entrevistas y cursos propuestos. Insiste en que no hay ningún programa de tratamiento para el delito de sedición, y cree que la fiscalía sigue defendiendo que hace falta que el interno cambie su pensamiento y su ideología política, cuando son legítimos en el actual ordenamiento jurídico.

Argumentos

En el caso de Oriol Junqueras, la sentencia destaca que ha reflexionado sobre lo que ha pasado y sobre sus decisiones, y "considera actualmente que el diálogo es el mecanismo para defender su posicionamiento y dar respuesta a posibles conflictos". También reconoce que "podría haber actuado de otra forma", y "admite las consecuencias que se han originado por su conducta, que no eran las deseadas".


Con respecto a Jordi Turull, sostiene que sus convicciones personales son firmes, pero él mismo afirma que "probablemente hay otras vías para conseguir los fines pretendidos" y que las decisiones de aquel momento "podrían haber sido diferentes". Se considera comprometido políticamente pero sus objetivos de futuro están en la actividad privada.


También Rull "buscaría otras vías o mecanismos para conseguir" sus objetivos políticos y "asume la responsabilidad de sus acciones". Ahora bien, defiende su inocencia y también asegura que su objetivo es trabajar en la esfera privada.


Para los tres, constata que sus currículums hacen innecesario que hagan ningún programa por interiorizar que las leyes se tienen que cumplir.