El rapero Pablo Hasél ya tiene nueva cita para hacerse las pruebas médicas. Fuentes del Departament de Justicia han dado esta respuesta a ElNacional.cat, este martes, al ser preguntado por la carta que Hasél ha dirigido a la consellera de Justicia, Derechos y Memoria, Gemma Ubasart, en la cual denuncia: "la desatención médica en la cual me tiene sometido el Goviern" en la prisión de Ponent. Y detalla: "El otro día no me pude hacer una colonoscopia porque los Mossos querían estar a mi lado desnudo con el tubo puesto. Una humillación más." El rapero leridano sostenía que "incluso dormido por la anestesia" lo querían tener "esposado". "Tratado peor que violadores y pederastas. Así se comporta el Govern con un preso político consecuente", remacha a la carta. Desde el Departament de Justicia se afirma que mantiene un seguimiento sobre el estado y la salud de Pablo Hasél "como del resto de internos sin distinción", no ha dado detalles de cuando se hará las pruebas médicas para preservar su derecho a la intimidad, y tampoco han querido aclarar como fue el incidente con Mossos.

Precisamente, la Plataforma Anti-Represiva de Ponente ha detallado este martes que Hasél tendrá visita con el especialista el próximo 23 de enero, "respetando su derecho a la intimidad". ¡"Tendremos que estar alerta para que @Esquerra_ERC no vuelva a vulnerar ningún derecho!", afirma en un mensaje en Telegram. La plataforma difundió hace dos días un fragmento de la carta de Hasél a la consellera de Justicia, que no le ha contestado de forma particular, según Justícia. En la carta, el rapero detalla que tiene "fuertes problemas estomacales por las condiciones de la prisión" y que "después de esperar y luchar un año para las pruebas" ha recibido un mal trato por parte de los Mossos. La plataforma denuncia que Mossos "vulneraban su derecho a la intimidad", al negarse a abandonar la sala cuando el rapero se encontraba "semidesnudo".

La versión de los Mossos

Por su parte, una portavoz de los Mossos de Esquadra ha asegurado que los agentes que condujeron el rapero leridano al centro médico "le sacaron las esposas" para que se pudiera sacar la ropa y hacer la prueba, pero que tenían que estar presentes en la consulta "para garantizar la seguridad de todo el mundo" y en equilibrio con los derechos de la persona detenida, como marca el protocolo policial. Pero Hasél no lo quiso y lo devolvieron al centro penitenciario sin hacerse la prueba médica. Desde Mossos se asegura que "no se le ha vulnerado su dignidad ni se le dio un trato vejatorio", sino que se cumplió con la el procedimiento de trabajo en vigor.

Este febrero Pablo Hasél cumplirá dos años encarcelado, al encabalgar una condena por enaltecimiento del terrorismo por sus canciones y medio año de prisión por una agresión a un periodista de TV3 en el cierre en la Universidad de Lleida en el 2016. Y a finales de noviembre pasado, Hasél y nueve activistas más fueron juzgados por desórdenes públicos, después de la detención del presidente Puigdemont, en el 2018 en Alemania. La fiscalía le pide cinco años y nueve meses de prisión.

Una celda compartida por obras

El Departament de Justicia también ha explicado que el rapero tiene que compartir celda con otro recluso porque se están haciendo obras de mantenimiento y de mejora del sistema eléctrico en su módulo, y que les pasa el mismo a otros reclusos que cumplen condena en la prisión de Ponent. Desde el grupo de apoyo de Hasél también se había denunciado el hecho de que no podía tener una celda individual, un hecho excepcional en las prisiones catalanas.

Esposado en el juicio

Las críticas a la policía catalana hacia Pablo Hasél no son nuevas. Recientemente, se hizo viral la imagen del juicio en la Audiencia de Lleida contra diez activistas por una protesta por la detención del presidente Puigdemont, donde seis agentes de los Mossos custodiaban al rapero, aparte de mantenerlo esposado. Los jueces y los tribunales que presiden un juicio son los que ordenan a los Mossos que saquen las esposas a los detenidos o anuncian que lo dejan a criterio de la policía si lo consideran un recluso peligroso. Pablo Hasél se define como preso político.