La noticia de la campaña este martes no viene de algún acto político local, sino de Madrid y Bruselas: el juez del Tribunal Supremo español, Pablo Llarena, ha retirado la euroorden de detención del presidente Puigdemont y los cuatro consellers que lo acompañan en Bélgica. La repercusión ha sido internacional, más específicamente europea. Para hacerla corta, el enfoque de los medios internacionales es que a Llarena le asustaba recibir un revolcón en los tribunales belgas que avalara al campo indepe, que considera las actuaciones judiciales del Supremo un proceso fuera de proporción, guiadas por criterios más políticos que jurídicos. La justicia española no sale muy bien retratada.

"Absurda e incomprensible", dice de la decisión de Llarena una fuente judicial belga a Le Monde. El diario francés, que desde el 10-O habla del conflicto catalán con un deje de aspereza por la causa indepe, va más allá. "Madrid temía que los demandantes pudieran apelar al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) si el juez belga aceptaba la euroorden" i los extraditaba, explica. La actitud decidida de los abogados de Puigdemont de ampararse en todos los recursos posibles "habría frenado bastante el procedimiento en España" porque abría la puerta a que la más alta institución judicial europea debatiera "las acusaciones formuladas por Madrid".

El riesgo era que el juez belga planteara al TJUE una cuestión prejudicial sobre la interpretación de la euroorden y el derecho de asilo en este caso concreto y que el TJUE "desautorizara a las autoridades españolas", además de situar el caso justo en medio de las instituciones de la UE, que hasta ahora hacen como que llueve. Lo había adelantado Auke Willems, ayudante de la Escuela de Derecho de la London School of Economics. Además, la ruta judicial belga ponía a la misma Bélgica y a la UE en un enredo político interno de categoría, como explica Sibel Top, de la Universidad Vrije de Brussel·les.

El Monde añade que Llarena quería evitar la más que probable decisión de la justicia belga de no mantener todos los cargos que pesan sobre los líderes independentistas en el exilio, cosa que dejaría a los consellers encarcelados en Madrid —sobre los que pesan las mismas acusaciones— en desventaja penal sobre los que se marcharon y rompería la unidad del proceso.

¡Ya lo había dicho!

En línea parecida se ha manifestado Jean Quatremer, el veterano corresponsal del diario Libération en Bruselas y pope del periodismo europeo, que no está para historias en su cuenta de Twitter:

De manera parecida ha reaccionado el corresponsal Madrid de The New York Times, que se sorprende en un tuit: "Cuando el fiscal general [José Manuel] Maza empezó a perseguir separatistas catalanes, ¿quién habría imaginado que los procedimientos judiciales españoles se enredarían tanto? Y cancelar la euroorden de Puigdemont no es para nada el final de esta confusa historia judicial..."

El Financial Times pone en contexto la decisión del Supremo. "Surge en medio de la creciente preocupación en España por que la extradición en los tribunales de Bélgica podría imponer restricciones a los cargos que Puigdemont y los cuatro consellers enfrentarían" [en España]. "No hay ningún delito equivalente a la rebelión en la ley belga", sigue el diario económico británico, "de manera que si los cinco son extraditados con un cargo menor, los tribunales españoles tendrían que juzgarlos sólo por este delito menor".

Explicaciones italianas

Los medios italianos, que siguen muy de cerca el conflicto catalán, destacan el hecho de que la anulación de la euroorden no cancela la orden de detención española. Así lo hacen el diario liberal Corriere della Sera y la televisión pública RAI.

El diario progre La Repubblica, en cambio, añade detalle. "[Llarena] quiere evitar que la justicia belga pueda decidir los delitos por los cuales [Puigdemont] sería juzgado en España. Un ejemplo: el juez de Bruselas podría decidir la extradición sólo por un delito de prevaricación y eso anularía los de sedición y rebelión, cosa que impediría a la justicia española procesarlo por estos delitos," dice. La retirada de la euroorden "complica la estrategia de Puigdemont y los otros cuatro consellers, que esperaban volver a España extraditados pero con la restricción judicial de responder por faltas menores respecto a aquellas más pesadas de que los acusa la justicia española".

Il Fatto Quotidiano, referente de la izquierda poscomunista italiana, considera "contradictorias" las decisiones de Llarena respecto a los consellers encarcelados y los exiliados. También recuerda que el motivo de mantener encarcelados a Junqueras, Forn y los Jordis (evitar otra "explosión de violencia") "es controvertido para el frente secesionista y para más de 100 constitucionalistas españoles, que subrayan que todas las manifestaciones independentistas siempre han sido pacíficas".

Decisión sorprendente

El despacho de la agencia norteamericana Associated Press, que han reproducido diarios como The Washington Post o Los Angeles Times, explica los motivos de la "sorprendente decisión" de Llarena. El primero, que las euroórdenes individuales ya no sirven porque los delitos de que se acusa a los miembros del Gobierno los cometieron como organización y no individualmente. El segundo, que los exiliados en Bruselas han manifestado intención de retornar a España por el hecho de que son candidatos a las elecciones del 21-D. Justamente eso es lo que considera "absurdo e incomprensible" la fuente de Le Monde.

También habla de "decisión sorprendente" la revista Le Nouvel Observateur, uno de los referentes de la izquierda francesa.

La BBC explica que mantener las euroórdenes "complicaría la instrucción en España" y que "retirarlas permite en España hacerse con el control total de la instrucción". Control total, sin el riesgo de que la justicia belga tumbe la instrucción tal como la configuró la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, que es como la aceptó Pablo Llarena al llevársela en el Supremo. Así informa también la televisión norteamericana CNN.

Buenas noticias

Se hacen eco de la cosa, más fríamente, otros diarios europeos. En Portugal tanto el conservador Diàrio de Notícias como el progre Público. También el influyente digital europeo Politico, el austríaco Die Presse ("El Tribunal Supremo de España retira la orden de detención europea de Puigdemont", dice su titular) y los alemanes, algunos de los cuales utilizan "Puigdemont" en los titulares como quien habla de alguien ya bien conocido. Por ejemplo los semanarios Die Zeit y Der Spiegel o el diario popular Bild.

Süddeutsche Zeitung, el gran diario liberal de Munich, también destaca el miedo al riesgo de desautorización de la justicia española detrás de la decisión de Llarena. "Si el tribunal belga no hubiera decidido a favor del poder judicial español, podía haber provocado complicaciones legales", dice. Para el más conservador Frankfürter Allgemeine Zeitung, "la campaña [electoral] en Catalunya ha empezado con buenas noticias para los separatistas".

Mientras estos diarios hablan de expresidente y exministros, la radio pública alemana no tiene ningún problema para hablar de "gobierno en el exilio" para referirse a Puigdemont y a los consellers en Bruselas: