Junts per Catalunya quiere que el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, y la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, tomen medidas contra el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu después de que se filtraran unos audios en los cuales admitía la "falsedad de las pruebas" sobre la titularidad de una cuenta en Suiza del exalcalde de Barcelona Jordi Trias. Se trata de unos audios filtrados por el periódico digital El Món en los cuales Andreu tiene una conversación con el excomisario de la policía española José Manuel Villarejo.

Con el fin de saber si el órgano de gobierno de los jueces o el Ministerio Público tienen intención de actuar ante esta filtración que pone en aún más evidencia las cloacas del Estado, Junts per Catalunya ha registrado la comparecencia de sus máximos responsables tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado. De hecho, el partido liderado por Laura Borràs y Jordi Turull se ha aliado con la CUP, y los anticapitalistas también han solicitado la comparecencia de Lesmes y Delgado ante la Comisión de Justicia de la cámara baja, mientras que, en el caso del Senado, Junts ha registrado la petición en solitario.

Hay que tener en cuenta que esta no es la única historia relacionada con la persecución del independentismo en la que se encuentra el juez Andreu. El juez de la Audiencia Nacional explicó cuáles eran sus intenciones de cara a la consulta del 9-N en una comida con Villarejo. El juez era partidario de dejar hacer la consulta para después detener a quien entonces era el president de la Generalitat, Artur Mas. En aquella comida no solo participaron Andreu y el excomisario; también había el jefe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), José Luós Olivera, con el presidente de La Razón, Mauricio Casals, y el empresario Adrián de la Joya.

Contexto: cuando se produjo esta comida, el Tribunal Constitucional ya había suspendido la consulta del 9-N. En esta conversación, todos los presentes se quejan de la supuesta poca presencia de tertulianos de derechas que había entonces en las radios y las televisiones, en detrimento del auge de Podemos. Todos los comensales consideraban que prohibir la consulta era un error, y que había que restarle valor. El magistrado Andreu iba un paso más allá asegurando que lo que se tenía que hacer era dejar seguir la consulta, tildándola de "payasada", y después citar a declarar Artur Mas. La respuesta del resto es que Mas buscaba "ser un mártir".

Durante la comida, los comensales hablaron irónicamente de la consulta, y el comisario Olivera lamentó que, aunque se ha apuntado, no podrá votar. Villarejo sigue bromeando y le pregunta a Olivera si se ha apuntado para votar bajo el nombre de "Bob Esponja" o de "la ratita presumida". Olivera asegura que se ha apuntado con el nombre de "Santiago Bernabéu. Hay 500.000 nombres apuntados, y diez son míos", y ríe.