El vicepresident en funciones, Oriol Junqueras, pedirá esta semana su traslado a una prisión catalana y el permiso para asistir al pleno de investidura. Fuentes de la defensa de Junqueras han explicado la nueva estrategia a El Nacional.

El abogado Andreu Van den Eynde tiene prevista la estrategia, que pasa por Catalunya y acaba en Europa con la presentación del caso del vicepresident en el tribunal de derechos humanos de Estrasburgo. Ya no piensa en volver a recurrir la prisión al magistrado instructor, Pablo Llarena, porque ahora mismo no hay nada que garantice que el juez deje en libertad a Junqueras después de la negativa del jueves pasado de la Sala de lo Penal. "Lo pediré cuando tenga un escenario de progresividad factible". A Van den Eynde le ha quedado claro el mensaje del Supremo, que básicamente se resume en una frase: "Quiero saber qué hará políticamente".

El abogado de Junqueras admite que "acatando la Constitución unos han salido y otros no", y por lo tanto, ya no se basa todo en las declaraciones ni en qué digan ante un juez, sino en hechos.

En un momento donde hablar de diálogo parece que no sirva para nada, porque el Gobierno español ha dejado claro que no quiere hablar, todo pasa por ver qué acciones políticas hace Junqueras si está en el Govern. Y eso es evidente que sólo se puede saber a partir de la investidura y de la conformación del nuevo ejecutivo catalán, al que Oriol Junqueras no renuncia. Por eso la primera pieza a mover es la de acercar al vicepresident. Sacarlo de Madrid y conseguir el traslado a una prisión catalana que garantice que pueda estar presente en el pleno de investidura y a los que haga falta para cumplir con sus funciones como representante político de la ciudadanía. Esta misma semana, mañana o como muy tarde el miércoles, la defensa pedirá el traslado y los permisos para salir de la prisión y asistir a los plenos que haga falta. Este trámite se pedirá al magistrado instructor, Pablo Llarena, que el jueves tiene previsto tomar declaración al conseller de Interior en funciones, Joaquim Forn, y a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

Para la defensa es clave que el juez vea que con lo que quiere hacer Oriol Junqueras en el Govern de la Generalitat no hay reiteración delictiva. "Si es presidente y dice qué quiere hacer, verán que el riesgo ha bajado", dice el abogado. "La clave está en que quieren saber qué papel político tiene", añade Van den Eynde. Para la defensa "a nivel jurídico, la presión es brutal si Junqueras es president".

La otra ficha a mover pasa por Europa. La defensa de Junqueras prepara los trámites para llevar al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo su caso. Pero para dar este paso, primero hay que pedir un recurso de amparo al Tribunal Constitucional. Y eso, puede hacer que retrase la salida del caso Junqueras hacia Europa. El abogado espera que no dilaten el tiempo con una respuesta tardía, pero sabe que podrían no ser diligentes.

A la tercera va la vencida

Nadie se atreve ya a poner la mano en el fuego para el Tribunal Supremo y para la libertad provisional del vicepresident Oriol Junqueras, el conseller Joaquim Forn y los Jordis.

A Oriol Junqueras le han tumbado ya dos recursos. El que presentó al magistrado Pablo Llarena para salir de la prisión en noviembre y este.

El primero se resolvió el 4 de diciembre, el día que empezaba la campaña electoral, y mantuvo en la prisión al vicepresident, a Joaquim Forn y a los Jordis, mientras que el resto de consellers salieron en libertad bajo fianza. Llarena los citó a declarar el viernes, 1 de diciembre, pero no hizo pública la decisión hasta el lunes. El resto de consellers salieron pagando una fianza de 100.000 euros cada uno.

Aquel recurso, que para cuatro de los encarcelados se desestimó, se podía recurrir. Es lo que han hecho Forn, Sànchez y Cuixart que declararán este jueves. En cambio, Junqueras optó por la vía del recurso de amparo a la Sala de lo Penal segunda del Tribunal Supremo. Otro tribunal entraba a valorar si la medida cautelar de prisión preventiva era la idónea o si había que revocarla. Pero los tres jueces entraron a valorar los hechos, empujados por la Fiscalía, y la decisión se ha acabado centrando en las posibilidades que hay que Oriol Junqueras, una vez entre a formar el nuevo Govern de la Generalitat, persista en la idea de proclamar la República catalana. No dieron validez a su declaración apostando por el diálogo ni a sus convicciones de hombre de paz y creyente, atribuyéndole la violencia que según la policía hubo en las concentraciones del día 20 de septiembre delante de la Conselleria d'Economia, sede, también, de vicepresidencia.